Directivos de las principales automotrices reiteraron ayer su rechazo a las licencias no automáticas impuestas por Brasil para el ingreso de vehículos y autopartes. Los empresarios aseguraron que la tensión comercial genera incertidumbre respecto del futuro de las exportaciones e inversiones en la región. De todos modos, las terminales consultadas reconocen que la situación comienza a normalizarse. Los tiempos de aprobación no superan los diez días, coincidieron.

La inauguración del 5º Salón Internacional del Automóvil de Buenos Aires fue la caja de resonancia para el malestar de algunas terminales acerca del mantenimiento de la licencias (LNA) por parte de Brasil. En ese sentido se manifestaron los presidentes de Fiat, Cristiano Rattazzi; de Volkswagen, Víctor Klima, y de Renault, Dominique Maciet. No obstante, los empresarios admiten que lo peor del conflicto bilateral pasó y “la producción local no se vio afectada”, según explicó a este diario un alto directivo de General Motors. Si bien las licencias se mantienen, aseguran que hay avances significativos en la tramitación de esos documentos, lo que permitiría estabilizar la cadena de envíos de unidades al país vecino. Desde Volkswagen, coincidieron en que el contexto “está mejor”, aunque se mantiene “tensa” la relación comercial con la administración de Dilma Rousseff.