ECONOMíA › LA TITULAR DEL BANCO CENTRAL ASEGURó QUE EL CRECIMIENTO ES PRODUCTO DE UNA ESTRATEGIA POLíTICA

“No se trata de viento de cola ni del azar”

Durante el cierre del congreso de AEDA, la funcionaria cuestionó la explicación que reduce la recuperación del país a lo largo de los últimos ocho años al incremento en el precio de los commodities agrícolas.

 Por Tomás Lukin

“No es el viento de cola ni el azar, la evolución macroeconómica responde a una decisión política, una estrategia deliberada que pone el eje en la transformación de la estructura productiva y el empleo”, aseguró la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Durante el cierre del congreso de AEDA la funcionaria cuestionó la explicación que reduce el crecimiento económico del país a lo largo de los últimos ocho años al incremento en el precio de los commodities agrícolas. La titular de la autoridad monetaria no desconoció el impacto positivo que poseen esas condiciones externas pero enfatizó el rol de las políticas de impulso a la demanda interna, las mejoras en las condiciones laborales y redistribución del ingreso así como la política de desendeudamiento, la preservación de un tipo de cambio competitivo y el rol de las retenciones.

“Si Argentina se hubiera dejado llevar por el viento de cola no hubiera experimentado el actual proceso de crecimiento y, en cambio, se hubiera apreciado el tipo de cambio, recurrido al endeudamiento externo, primarizado la economía y preservado bajos salarios”, argumentó Marcó del Pont. No obstante, en un salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA desbordado de jóvenes economistas y funcionarios del Gobierno la presidenta del Banco Central advirtió que “no se puede ser tan necio y negar el oxígeno que generaron los dólares del sector agropecuario al alejar la restricción externa que es la causa histórica de las crisis en nuestro país”.

Luego de resaltar la relevancia de las herramientas desplegadas a lo largo de los últimos ocho años que “permitieron recuperar grados de libertad al Gobierno y el Banco Central para hacer política económica y anticíclica”, la responsable de la autoridad monetaria advirtió que “cuando suceda una nueva inflexión en el precio internacional de los productos agrícolas el país tiene que haber limitado su exposición con esos productos y la forma de hacerlo es a través de la profundización del proceso de industrialización y la inclusión social”.

Marcó del Pont rechazó la “hipótesis del viento de cola” o “el efecto soja” como determinante exclusivo del proceso macroeconómico al evidenciar que la mejora en los términos de intercambio –evolución del precio de las exportaciones en relación a los de las importaciones– fue inferior a la experimentada por muchos países de la región que crecieron menos que Argentina. Mientras que el PIB regional aumentó en promedio 4,1 por ciento entre 2003 y 2010, Argentina lo hizo a un ritmo del 7,6 por ciento. A su vez, explicó que “del crecimiento de los últimos 8 años el agro explica menos del 5 por ciento mientras que la industria da cuenta del 32 por ciento del alza del PIB”.

“El famoso viento de cola sin política de por medio hubiera generado la reprimarización de las exportaciones. En cambio, Argentina puso el eje en el mercado interno impulsado por la mejora en las condiciones laborales y la distribución del ingreso”, expresó la funcionaria, quien antes de acceder a la conferencia mantuvo una breve conversación con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y la subsecretaria de Estudios Laborales, Marta Novick, en los pasillos de la facultad.

A su vez, la funcionaria reivindicó el uso de las reservas para el pago de la deuda externa y consideró que el Banco Central debe tener un objetivo más amplio que el control de precios: “El Banco Central tiene la obligación de ampliar la definición de estabilidad que contemple el mercado de trabajo, el financiamiento de largo plazo y la distribución del ingreso”. En ese sentido, Marcó del Pont rechazó apreciar el tipo de cambio para controlar los precios internos como lo hacen en otros países de la región. Durante su extensa presentación, Marcó del Pont tuvo como “asistente” al presidente de AEDA, Matías Kulfas, quien recibió llamados de atención de la funcionaria porque demoraba en pasar las diapositivas del power point, lo que motivó las risas de los asistentes.

La presidenta del Banco Central también dedicó una parte de su presentación para cuestionar aquellos análisis que describen “el agotamiento del modelo” porque se erosiona la competitividad cambiaria y los superávit en el frente fiscal y comercial. “Argentina no requiere del mismo superávit fiscal que cuando tenía un nivel de deuda en relación al PIB del 105 por ciento en manos privadas y el 70 por ciento estaba en dólares”, explicó Marcó del Pont para luego destacar que a fin de año la deuda con el sector privado representará el 13,1 por ciento del producto. En ese sentido, la economista reconoció que el tipo de cambio real se apreció en relación al “súper tipo de cambio real luego de la híper devaluación. El nivel que se requería con capacidad ociosa, desempleo record y fuerte endeudamiento externo no es igual al que se requiere hoy”. De todas formas, sostuvo que el tipo de cambio real bilateral con Brasil continúa 49,8 por ciento por encima del promedio histórico 1995-2001 y el multilateral se ubica 40,3 por ciento por encima del mismo período.

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Mercedes Marcó del Pont, titular del Banco Central, durante el cierre de AEDA.
Imagen: Luciana Granovsky
 
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