La profundidad de la transformación productiva que atraviesa la economía nacional fue motivo de debate en el Congreso de AEDA. El contrapunto lo protagonizaron Paula Español, titular del Centro de Estudios para Producción y vicepresidenta de AEDA, y Andrés López, director de la carrera de economía de la UBA, en una mesa en la que también participaron el diputado nacional y titular del Banco Credicoop, Carlos Heller, y el economista Andrés Tavosnaska, como moderador. López fue el encargado de poner en duda la existencia de un cambio cualitativo en el patrón de crecimiento con respecto a las últimas décadas, mientras que Español defendió el carácter distintivo del momento actual.

En un ámbito ideológico afín al kirchnerismo, López expuso una postura crítica. “Supongo que para esto me invitaron, para ofrecer otra visión”, aclaró el economista, frente a una audiencia conformada mayormente por estudiantes, aunque en las primeras filas estaban sentados Iván Heyn, economista vinculado con La Cámpora; Matías Kulfas, director del Banco Nación y presidente de AEDA, y Guillermo Wierzba, titular del Cefid-ar y miembro de Carta Abierta.

López señaló que más allá del máximo que se registra en las exportaciones de manufacturas industriales como proporción del total, a mediados de los ’90 y los ’80 también se llegó a niveles similares. Del mismo modo analizó el boom de la industria automotriz, debido a que la alta participación que el país tiene en las exportaciones mundiales de vehículos (0,65 por ciento) también se verificó en 1998. El economista evaluó que “en las ramas de alta tecnología estamos como a fines de los ’90 y “es un desafío incrementar la integración local en el sector automotor”.

“Es muy preocupante que la Argentina haya perdido importancia como emisor de inversión extranjera directa (IED), donde estamos por debajo de Colombia y Chile. Hay que diversificar la estructura productiva y en el mundo global hay que tener empresas globales, si no el desarrollo se vuelve algo muy difícil de lograr”, consideró López. También criticó que “a nivel educativo estamos muy mal, en los peores lugares de la región. Hay que caer en la realidad, no tenemos más la excelencia educativa de antes. Hay que invertir muy fuerte en capital humano e innovación. No seguir con la vieja política industrial de subsidios, es mejor fortalecer la competitividad, no el precio”.

Después, Español subrayó la pesada mochila heredada por décadas de neoliberalismo: “Es fundamental saber de dónde venimos. Ver no sólo la foto, sino la dinámica. En 2001 teníamos 25 por ciento de desempleo, la industria absolutamente desintegrada y en el plano educativo los chicos ni siquiera iban a la escuela”. Argumentó con diversos datos la profundidad que observa en la transformación estructural. “Hay mucho dinamismo en diversos sectores, lo que desmiente que Argentina sólo vende soja y autos”, indicó. Resaltó el crecimiento de sectores como agroquímicos y pesticidas, metalmecánica, maquinaria agrícola, equipamiento eléctrico, equipos de elevación y de GNC, productos plásticos, limpieza y perfumería e instrumental médico. “Hubo una mejora sustancial en la calidad de muchos productos que ganaron participación en el mercado mundial, como vino, sembradoras, indumentaria o cables”, agregó.

A su vez, la economista aseguró que cerca de 20 mil millones de dólares en importaciones podrían ser sustituidos por producción local porque se trata de productos donde ya existen exportadores argentinos: “Podemos realizar una sustitución selectiva porque hay actores que pueden hacerlo, por ejemplo en la industria química, autopartes, maquinaria, caucho y plástico y equipamiento eléctrico”.

Carlos Heller, diputado nacional por Nuevo Encuentro, destacó que “mientras en la región las economías se reprimarizaron, Argentina fue el único caso donde la tendencia no se verificó”. También criticó los planes de ajuste fiscal que aplica Europa, porque “sólo tienen el objetivo de proteger la tasa de ganancia de los grandes grupos económicos”. Reclamó que “cambie la regulación del sistema financiero, se desarmen los paraísos fiscales y se modifique el rol de las calificadores de riesgo”.