El ministro de Educación, Alberto Sileoni, hizo ayer un fuerte llamado para que llegue a las aulas de todo el país la educación sexual integral, con enfoque de derechos y perspectiva de género. “La ley no es una opinión. Hay que cumplirla”, insistió el ministro, al aludir a la resistencia de sectores conservadores que obstaculizan su implementación en algunas jurisdicciones. Lo dijo al inaugurar el seminario regional La educación sexual integral: derechos, logros y desafíos en Argentina, América Latina y el Caribe, en el que participan más de doscientos docentes y especialistas de todas las provincias y otros países del continente. El ministro cuestionó en duros términos la “discriminación por orientación sexual” en el ámbito educativo y advirtió sobre las desigualdades que atraviesan al embarazo adolescente y al aborto inseguro. “Hay mujeres que se embarazan más que otras. Hay mujeres que se mueren por abortos clandestinos más que otras”, reflexionó.

El impulso que el Gobierno le dio a la educación sexual integral “coloca al país en una posición pionera en Latinoamérica”, destacó en diálogo con Página/12 Eleonor Faur, especialista en la materia y oficial de Enlace en la Argentina del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa). Faur destacó los esfuerzos que se están haciendo desde el Ministerio de Educación para capacitar a los docentes a través de un curso virtual –por el que ya pasaron 4500 y se acaban de anotar otros 3000–, y producir materiales pedagógicos para bajar la educación sexual integral a las aulas. “Los materiales han sido elogiados en foros internacionales”, contó Faur. Incluso, señaló que la revista que publicó este año el ministerio dirigida a las familias fue pedida por Uruguay y Paraguay, entre otros gobiernos, para poder replicarla. “Los desafíos para que la educación sexual integral llegue a las aulas están a nivel de las provincias. Las decisiones últimas se producen allí. Hay grupos conservadores que se oponen y eso pasa también en otros países de la región”, observó Faur.

La reunión tiene lugar en el espacioso Salón Alfredo Bravo del Ministerio de Educación y finaliza mañana. En la apertura del seminario, Sileoni dejó en claro que se trata de una política de Estado y que hay un fuerte compromiso del Gobierno para lograr que se cumpla la ley 26.150, sancionada en 2006 por el Congreso, y los lineamientos curriculares básicos que fueron elaborados y consensuados por una comisión de expertas y aprobados en 2008 por los ministros de Educación de todo el país. “Hay que superar la brecha entre la posesión del derecho y su ejercicio. Ese es el gran desafío”, consideró Sileoni.

La ley establece que debe dictarse desde el nivel inicial, y tanto en escuelas públicas como privadas, laicas y confesionales. Sileoni puntualizó que llevar la educación sexual integral a todos los chicos y chicas del país es una tarea en la que “convergemos con las familias”.

El seminario regional, de tres jornadas, tiene un programa sumamente interesante. Hoy por la mañana habrá un panel que tratará el abordaje de la discriminación por orientación sexual en las escuelas. Ayer hicieron hincapié en esa problemática tanto Sileoni como la subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa, Mara Brawer. “El ministro de Educación celebra la sexualidad de sus alumnos”, apuntó y señaló que la “sexualidad atraviesa toda la dimensión humana”. Por esa razón, dijo, “discriminar por orientación sexual es discriminar a la condición humana”. Brawer apuntó que en la actualidad en la Argentina, “el 86 por ciento de las travestis no terminó la primaria y el 90 por ciento no terminó la secundaria. Con lo cual, sin estudios, prácticamente se condenan a la prostitución”, indicó. “La escuela –siguió Brawer– tiene que ser capaz de dar cuenta de la diversidad, tiene que atender a la variedad de situaciones y quebrar las barreras que impiden que todos accedan, transiten y egresen de ella en igualdad de condiciones.”

Ayer en una conferencia a cargo de la coordinadora del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Mirta Marina, se analizaron los avances y desafíos en la implementación de los contenidos en cada región del país. Entre los obstáculos que se reiteran, Marina enumeró: la resistencia de algunas iglesias, la inseguridad entre los docentes para abordar la temática, el temor que todavía sienten de que las familias los cuestionen por introducir en las clases ese tipo de contenidos y el hecho de que se siga pensando la educación sexual como un tema de medicina, poniendo énfasis en las enfermedades. “Estamos en una etapa de transición. Todavía no hemos superado la visión reduccionista para pasar a una visión integral. Ese es el gran desafío”, resumió Marina.

Uno de los paneles de hoy por la tarde abordará “La Educación Sexual en la Educación Especial” y mañana se tratará “Los derechos sexuales y reproductivos de los niños, niñas y adolescentes en la Argentina”, entre otras temáticas.