Jueves, 1 de septiembre de 2011 | Hoy
EL PAíS › OPOSITORES Y OFICIALISTAS HABLARON EN LA CONFERENCIA DEL CONSEJO DE LAS AMéRICAS Y LA CáMARA DE COMERCIO
Estuvieron, entre otros, Alfonsín, Binner, Rodríguez Saá, Boudou y Aníbal Fernández. Los candidatos presidenciales de la oposición pintaron panoramas críticos de la situación económica y política. Los funcionarios destacaron la solidez del modelo del Gobierno.
Por Sebastian Abrevaya
Tres de los candidatos a presidente más importantes de la oposición y varios funcionarios del gabinete nacional, entre ellos el ministro de Economía, Amado Boudou, y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, compartieron ayer la conferencia anual realizada por la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y el Consejo de las Américas. Frente a más de un centenar de empresarios, los postulantes Ricardo Alfonsín (Udeso), Hermes Binner (Frente Amplio Progresista) y Alberto Rodríguez Saá (Compromiso Federal) pintaron, con sus matices, un panorama crítico de la situación económica y política argentina, pronosticaron coletazos de la crisis internacional y buscaron seducir con dispar entusiasmo a los empresarios de cara a las elecciones del próximo 23 de octubre. Boudou y Fernández, en cambio, remarcaron la solidez del modelo económico y cuestionaron duramente a las calificadoras de riesgo, que hace unos días le habían bajado la nota a la Argentina. Carlos de la Vega, titular de la CAC, dio un mensaje optimista, pidió incentivar la inversión privada, mientras que Susan Segal, del Consejo de las Américas, vaticinó “una gran oportunidad” para la región y para los Estados Unidos.
El lujoso Hotel Alvear del barrio de Recoleta se vio ayer convulsionado por la presencia desde temprano de los dirigentes empresariales y políticos más importantes del país. Los convocaba la octava conferencia anual bajo el título: “Argentina, perspectivas económicas y políticas”. El kirchnerismo llevó a dos de sus pilares. Aníbal Fernández inició la ronda de exposiciones políticas con un duro mensaje hacia los detractores de la política económica y Amado Boudou cerró la conferencia con el traje de vicepresidente ya casi puesto: “El próximo gobierno nos va a encontrar buscando el concepto de ruralidad industrial, mejorando la falta de desarrollo de las economías regionales y buscando mecanismos para tratar de colaborar con la inversión productiva”, aseguró.
Con el contundente resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) flotando en el ambiente, la atención del auditorio estaba concentrada en el mensaje de la comitiva kirchnerista, integrada también por la ministra de Industria, Débora Giorgi, y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, quienes hicieron una defensa técnica de la economía nacional, presentaciones en PowerPoint incluidas.
Entre los presentes también se encontraban la embajadora de Estados Unidos, Vilma Martínez; el presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren; Juan Carlos Mena, de Buquebús, y el presidente del Banco Provincia, Guillermo Francos. El diputado y candidato a gobernador Francisco de Narváez y el senador radical Eugenio “Nito” Artaza estuvieron, entre otros políticos. Dos que pegaron el faltazo fueron el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que alegó “un compromiso de último momento”, y el peronista disidente Eduardo Duhalde, que –según dijeron– se encontraba con un “estado gripal” que le impidió ser uno de los oradores de la mañana. Entre los patrocinadores se destacaban empresas multinacionales como la agroquímica Monsanto, la minera Barrick Gold, el Citibank, la petrolera Panamerican Energy y Telefónica.
“Bajaron la calificación del país de una manera antojadiza y grotesca, desaprobando el sistema bancario, lo que constituye un verdadero dislate”, apuntó el jefe de Gabinete en contra de las “descalificadoras” de riesgo. Fernández retrucó las críticas de inestabilidad política contrastándola con el resultado de las PASO y llamó a invertir en Argentina, “un país seguro para hacer negocios”.
El primer opositor en hacer uso de la palabra fue Alfonsín. Apeló a las repercusiones de la crisis internacional para alertar sobre una posible desaparición de las condiciones económicas favorables y un fin del crecimiento. Reclamó “ordenar las cuentas públicas” porque si no “vamos a pagar las consecuencias”. También criticó la manipulación del Indec, la baja calidad institucional, la falta de reglas de juego claras y la ausencia de una política energética. “Vamos a seguir trabajando para ganar las elecciones, por supuesto que es difícil. Somos un partido político con desarrollo nacional, con la mayor representación parlamentaria y en todas las legislaturas provinciales”, dijo Alfonsín, solicitando el apoyo para los cargos legislativos. Y para cerrar, el hijo del ex presidente parafraseó unas polémicas declaraciones suyas en las que reconocía como “imposible” ganarle a Cristina Fernández. “El Gobierno no va a cambiar mucho las cosas, eso no sólo me parece poco probable, eso sí me parece imposible”, remató.
El santafesino Hermes Binner leyó un discurso más esperanzador. Remarcó que los problemas de la Argentina no son económicos, sino políticos y consideró que el país “tiene una oportunidad como nunca antes en su desarrollo para hacerlo de manera sostenida con equidad social”. “Necesitamos recuperar la confianza en los institutos del Estado, en los índices del Estado. La inflación es el impuesto más injusto con los más pobres, los jubilados y pensionados y es el peor fantasma de los argentinos, pero también una mancha a nuestra credibilidad”, aseguró el candidato del Frente Amplio Progresista.
El más entusiasta de los oradores fue el gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saá. El peronista disidente se despachó contra los que quieren convertir la elección de octubre “en una competencia de diputados”. “No creo que la señora ya haya ganado. La democracia exige que los candidatos presentemos un mundo de sueños y digamos los liderazgos que los van a construir”, sostuvo. El mandatario apeló constantemente al latiguillo “miren a San Luis”, y cargó contra el “pensamiento único”, “el capitalismo de amigos”, “el sistema prebendario” y “el agujero negro de la corrupción”.
Pasado el mediodía, el cierre estuvo a cargo de Boudou. “Somos muy optimistas y poco ilusos. Sabemos que el mundo que viene nos va a presentar cada vez más dificultades y desafíos”, sostuvo el ministro.
No hubo mucho espacio para el intercambio. Los expositores llegaron un poco antes de sus discursos y se retiraron en cuanto terminaban, en algunos casos, desayuno mediante.
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