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“Veo a una Presidenta que está gobernando para la historia”, afirma el vicepresidente de la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (Unaje), Julio Federico Cuomo, durante una entrevista que concedió a Página/12. Sin formalidades y con un lenguaje directo, el joven empresario asegura que cierta parte de la dirigencia política “sigue sin entender nada”. En sus definiciones más fuertes suele bajar inconscientemente la voz, tal vez porque la entrevista se hizo en las propias instalaciones de la Unión Industrial Argentina, entidad madre de la cual la Unaje forma parte pero manteniendo cierto grado de autonomía. La manera de ver la realidad empresaria también es distinta para este sub-40, como se define, de la que mantienen los popes fabriles de la UIA. A diferencia de las quejas de “cogestión sindical”, Cuomo sostiene que los gremios deben ser “aliados” de los empresarios. Al momento de hablar de competitividad, no apuntan al tipo de cambio sino a la implementación de avances científicos. “Yo quiero ver a Cristina manejando un DKW híbrido producido en el país”, sostiene.

–¿En qué se diferencian de la representación de la UIA?

–El empresario joven necesita lo mismo que uno de sesenta años, pero la diferencia radica en la lógica gremial empresaria. En la UIA, cuando ya se sienten realizados económicamente y les sobra tiempo, participan. Nuestra lógica es reunirse mientras se van conformando nuestras empresas. La gimnasia dirigencial es otra. Somos un sub-40 y la generación anterior desapareció, no sólo en el empresariado sino en el país. Esto nos obliga a construir otra lógica. Por eso apostamos a que el involucramiento en la dirigencia nos va a traer una mejor representación en el futuro.

–La relación entre empresarios y trabajadores fue siempre tirante en el país. ¿Ustedes tienen otra visión más allá de la tensión inherente a los intereses de cada una de la partes?

–Sí. Entendemos que los sindicatos tienen que ser aliados nuestros en cuanto a buscar la mejora de todos, porque sin empresa no hay trabajadores y sin trabajadores no hay empresa. Hay muchas cosas de viejas usanzas que ya cambiaron y el que no sepa leerlo, se va a quedar en el tiempo.

–¿Como cuáles?

–Por ejemplo, quedarse con los aportes de los trabajadores para hacer una diferencia y cosas así. Hoy eso no existe, porque el sistema es completamente limpio. El trabajador ingresa en la Anses cuatro datos y ya tiene toda su información disponible. La cosa pasa por otro lado. Hay muchos modelos de empresas. Lo que quedó fuera de tiempo es la vieja idea de empresarios contra trabajadores. Eso no va más.

–Hablan de aliarse con los sindicatos, pero la UIA se queja de la cogestión sindical.

–No adherimos para nada a la discusión de la cogestión empresaria. Es un discurso que tiene más que ver con la imaginación de algún iluminado que con una realidad.

–¿Se puede discutir la participación en las ganancias?

–Hay que discutirlo por convenio. Tiene que ver con la productividad. Claramente el Gobierno juega una partida de recambio generacional y eso es una responsabilidad para nuestra generación: empezar a tener miradas que no sean cortoplacistas. Si discutimos el reparto después de un punto de equilibrio y cierta rentabilidad, estoy de acuerdo. No se puede hacer de manera general. Tiene que ser consensuado entre todos, seriamente.

–¿Cuál es la apuesta de este empresario?

–La apuesta es a la internacionalización. El primer paso es el Mercosur y el segundo, la Unasur. Queremos armar una Unasur de entidades para profundizar el bloque, aunque entendemos que esto no es de un día para el otro. Yo quiero ver a Cristina manejando un DKW, como el que trajo al país Frondizi, pero híbrido, producido en el país. No hay híbridos en Su-damérica y tenemos la capacidad de hacerlo. El proyecto es un empresariado nacional que pueda transnacionalizarse.

–¿Cómo analiza el contexto local?

–Hay algunas cuestiones por resolver, como la competitividad, que se viene erosionando en los últimos años.

–¿Tipo de cambio?

–La devaluación es lo de menos. Analizar competitividad por tipo de cambio es un desacierto. La competitividad se logra con un entramado inteligente de la Argentina y tenemos esa posibilidad. Si nos juntamos los jóvenes de la CGT, de la política, la cultura y los empresarios, ganamos tres campeonatos seguidos. Nosotros vemos un gobierno que creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología y está repatriando científicos. Ahora tenemos que poner eso al servicio de la producción. Ahí es que nos sentimos actores. También hay que comprometer a la banca privada en los créditos productivos. El crédito para el empresario se reduce al Banco Nación, al Fonapyme, los Préstamos del Bicentenario, pero privado, no.

–¿Qué espera después de octubre?

–En la primarias, la Presidenta sacó el 50 por ciento de los votos, mientras seguimos viendo a algunos dirigentes que no entendieron nada. No entendieron que antes de ver su quintita hay que ver el bosque. Hay falta de claridad en alguna dirigencia y creen que somos todos tontos. Todos sabemos cuál es la mejor leche para nuestros hijos y por eso es la que más se vende, y así sucedió en las primarias.

–Su relación con el Gobierno también es otra.

–Yo veo una Presidenta que está gobernando para la historia y tiene un equipo preocupado por buscar los mejores cuadros que tiene el país.

Cristina invita a jugar a los grandes. Ella tiene claro cuál es la oportunidad del país y el rol del recambio generacional. Por eso le dimos un reconocimiento de Socia Honoraria, por haber sido la primera presidente en la historia en implementar políticas en favor de los jóvenes empresarios, y esto no tiene que ver con un signo político.