El jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, afirmó ayer que en dos meses se podrían hacer cargo de la administración de los subtes, pero advirtió que antes es necesario acordar una serie de puntos con el gobierno nacional. “Hay que hacer una cantidad de pasos previos, sobre todo para garantizar las obras que necesita el subte para mejorar el servicio. El tema es cuándo y cómo se hacen esas obras, cómo se financian. Son cuestiones muy técnicas”, sostuvo. De este modo, desestimó el pedido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien el miércoles le había pedido al jefe de Gobierno Mauricio Macri un “esfuercito” para poder efectivizar el traspaso a partir del 1º de enero. “No-sotros más que un esfuercito hicimos un esfuerzo importante”, retrucó Rodríguez Larreta, cuando se lo consultó sobre el pedido presidencial. El encargado de responderle fue el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi: “Esta verborragia raya la inoportunidad. Lo importante es pensar y ver cómo hacemos las cosas con celeridad”.

Durante noviembre y diciembre, representantes de la Ciudad y del gobierno nacional mantuvieron una serie de reuniones por el tema, cónclaves en los que el macrismo planteó la necesidad de definir asuntos como la entrega de subsidios, la finalización de las obras comprometidas por la Casa Rosada y la provisión de nuevos coches, además de la renegociación de la concesión a Metrovías, empresa del Grupo Roggio, que explota el servicio. En relación con este último punto, Rodríguez Larreta dijo que “es un contrato muy complejo con la empresa que lleva la concesión, que incluye una red de tren que no tiene nada que ver con el traspaso”, en referencia a la línea Urquiza.

El gobierno porteño pidió también un “esfuerzo compartido” en el pago de los subsidios al sistema hasta 2017 y la toma de un préstamo con el gobierno nacional, en partes iguales, de mil millones de dólares para obras. Cristina Fernández de Kirchner sólo garantizó, en cambio, la mitad del subsidio por un año y terminar las obras más importantes, como la ampliación de la línea E hasta Retiro.

En 2010, la empresa concesionaria Metrovías recibió entre 700 y 750 millones de pesos en subsidios, por lo que el gobierno de Macri debería hacerse cargo de un aporte de 29 millones de pesos por mes durante 2012. El subsidio representa 1,6 peso por viaje. Por lo tanto, sin la ayuda pública el precio treparía a 2,70 pesos. La propuesta del Gobierno está condicionada a la preservación del precio del pasaje en 1,10 peso, aunque se están evaluando alternativas para comenzar a cobrar en el futuro tarifas diferenciadas de acuerdo con el poder adquisitivo de cada ciudadano, lo cual podría concretarse a través de la tarjeta SUBE.