“Hemos importado más que nunca y, sin embargo, seguimos teniendo un saldo comercial positivo”, señaló ayer el canciller Héctor Timerman en la presentación de un informe que tituló “Realidad versus intereses: las importaciones argentinas”. El diplomático presentó datos concretos para responder a denuncias empresarias sobre fuertes trabas para importar algunos insumos, equipos o bienes finales. El documento exhibe cifras que muestran el liderazgo del país en el crecimiento de sus compras externas, con una mejora del 30,8 por ciento en 2011, guarismo que ya había adelantado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. El gerente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Miguel Ponce, había alertado por la mañana sobre el agravamiento en varios sectores claves de la actividad económica, debido a las trabas a las importaciones impuestas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Tras el discurso de la Presidenta en el Congreso, la Secretaría de Comercio Exterior informó a los importadores que se liberarían todas aquellas licencias vinculadas con insumos para la producción –no sustituibles localmente– que hubieran quedado retenidas hasta al 1º de febrero. El plazo de normalización, según les prometió a los empresarios, no excedería los quince días. Los importadores aseguraron a este diario que “la operatoria es lenta” y que todavía quedan muchas licencias sin aprobar. Por su parte, el representante de CIRA indicó que “el 95 por ciento de los insumos para producir se encuentra parado en puerto por las licencias no automáticas”. Según Ponce, la situación llevó a que “algunas firmas suprimieran planes para tomar nuevo personal, las horas extras y algunos turnos”. Al ser consultado por este diario, horas después de sus declaraciones radiales, el directivo aseguró que la cámara no haría más declaraciones hasta finalizar un estudio del sector, cuyo resultado se conocerá recién pasado mañana. La aprobación de las licencias se basa en una estrategia de negociación por empresa, permitiendo la importación, siempre que se presenten proyectos de negocios de exportación y se respeten compromisos de precios.

Timerman descartó que exista una situación generalizada, asegurando que el país compró desde el exterior “más que nunca”. “Esto se debe a la fortaleza de nuestra política industrial, al empeño que hemos puesto en traer tecnología, maquinaria, ayudar a los empresarios que quieren invertir en el país, contratar obreros y alentar el consumo”, afirmó. El canciller presentó, junto a la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Naón, un PowerPoint en el cual se exhiben cuadros comparativos con distintos países sobre los niveles de importación. “Desde 2003 hemos importado cinco veces más de lo que se importaba en los gobiernos anteriores”, Las importaciones crecieron en 2011 un 30,8 por ciento y de manera generalizada respecto de todos los mercados de origen (unos 150 países).

Dentro del G-20, Argentina es el segundo país que más aumentó sus importaciones el año pasado, incluso desde Brasil, con una mejora de 23,4 por ciento. En ese selecto grupo de países, supera ampliamente a Alemania, que aumentó sus importaciones en un 25,5 por ciento, Brasil (5,4), Estados Unidos (14,6) y Francia (14,3). En la región también se ubica segundo, sólo superado por Colombia (34,6 por ciento), y seguido por Venezuela (30,5) y Bolivia (27,6). Cancillería precisó que las compras del año pasado subieron desde todos los continentes. En mayor medida desde Africa, con una suba del 94,3 por ciento –aunque partiendo de un nivel bajo–, seguido por Asia (34,0), América (29,4), Europa (28,7) y Oceanía (25,7).

“Estamos orgullosos de hacer este tipo de políticas aperturistas. Estos resultados muestran que se respetaron las normativas de la OMC y los compromisos asumidos por nuestro país”, señaló Timerman, quien apuntó contra quienes critican las políticas implementadas. “Hay cuestionamientos a políticas que algunos perciben como trabas, pero detrás de esas críticas hay intereses que no son los del país. Todo aquello que se pueda producir en Argentina es importante que se produzca porque les da trabajo a los argentinos”, insistió el canciller.