ECONOMíA › BAJA EL PRECIO DE ALIMENTOS Y EL IPC SOLO SUBIO 0,1%
La deflación se vistió de amenaza
La baja del dólar, en un contexto en el que el consumo sigue deprimido, empieza a traccionar a la baja los precios.
En un contexto de relativa estabilidad, el Indice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires, al que comúnmente se conoce como inflación, mostró en abril un leve incremento del 0,1 por ciento, informó el Indec. Se trata de la menor suba mensual de precios desde la salida de la convertibilidad. Con este valor, la inflación del primer cuatrimestre del año acumula un 2,5 por ciento. En la comparación interanual el aumento es del 19,4 por ciento. Los rubros que mostraron las bajas más pronunciadas fueron los de alimentos y bebidas, situación que se tradujo en una baja de la Canasta Básica Alimentaria del 1,2 por ciento. El fenómeno de cambio de tendencia en el comportamiento de los precios de los alimentos fue explicado por los técnicos del Indec por las mayores ofertas realizadas por supermercados y también por comercios minoristas. En términos macroeconómicos, los menores precios podrían ser indicativos de una contracción en la demanda agregada.
Mientras el grueso de los analistas continúa hablando de los peligros de la inflación y cómo ahuyentar su fantasma, la realidad está mostrando no sólo su virtual desaparición, sino la vuelta al centro de la escena de otro fantasma: el de una probable deflación. Situación que podría tener efectos negativos sobre la tibia recuperación insinuada en algunos sectores productivos. La caída de la demanda ya había sido reflejada por los últimos indicadores de ventas de supermercados. Y aunque todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones fuertes, el comportamiento de los precios convalidaría esta tendencia. El aumento de ingresos que benefició al sector formal de la economía, hasta ahora 150 pesos sobre el salario, parece no haber sido suficiente para mejorar o estabilizar el comportamiento de la demanda. Y si bien los aumentos de precios fueron inicialmente convalidados por los compradores, ello parece haber dejado de suceder.
El IPC, que no toma ofertas preferenciales y sólo aquellas que son al contado, reflejó una baja en Alimentos del 0,5 por ciento y del 0,1 en Bebidas. No obstante, según señalaron a este diario técnicos del organismo estadístico, los menores precios no fueron generalizados, sino que correspondieron a ofertas puntuales, entre las que se destacaron determinados aceites, algunas carnes y la leche fluida. En este último punto se destaca que si bien la leche bajó su valor no ocurrió lo mismo con el resto de los lácteos, los que siguen estando al tope de los aumentos, en especial los quesos (ver cuadros).
La deflación en Alimentos y Bebidas no se tradujo en deflación generalizada debido a la compensación provocada por los aumentos en indumentaria, que en promedio fueron del 4,3 por ciento. Las mayores subas fueron en Ropa, cuyos valores se ajustaron el 6,2 por ciento, principalmente por el efecto del cambio de estación. Otro de los factores que influyó en el aumento de precios fue el incremento del 1,6 por ciento en el gas en garrafa, cuyo valor no está regulado, y que acumula una suba del 137,1 por ciento desde la implosión del tipo de cambio fijo.
En general, los restantes rubros permanecieron sin mayores variaciones, en particular los servicios, que continúan planchados aunque en conjunto mostraron una baja del 0,1 por ciento explicada por la baja en alquileres (-0,2 por ciento), Mantenimiento del hogar (-0,4) y Esparcimiento (-0,6), rubros que mantuvieron la tendencia ya iniciada en meses anteriores.
La suba del 0,1 por ciento es la menor desde la salida de la Convertibilidad. Para encontrar otra variación similar es necesario remontarse a mayo del 2001.
El Indice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró una disminución del 1,9 por ciento, continuando la retracción mostrada en marzo, cuando retrocedió el 0,4 por ciento. En lo que va del año el IPIM acumula una baja del 1,8 por ciento. A esta merma contribuyó la baja generalizada de los bienes primarios. Petróleo crudo y gas disminuyó el 9,3 por ciento, los productos agropecuarios, un 3,4 por ciento, y los pesqueros, al son de los importados y del valor del dólar, un 3,4 porciento. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró que estos índices proyectan una inflación menor al 10 por ciento anual.