EL PAíS › LA INTERNA DEL MENEMISMO
Patti go home
Por Diego Schurman
El menemismo le prohibió a Luis Patti el ingreso al Hotel Presidente, donde funciona el bunker de campaña de Carlos Menem. Así trascendió desde el círculo íntimo del ex mandatario tras conocerse las recomendaciones del intendente de Escobar para que el candidato abandone la pelea electoral. Un día antes el riojano había dicho que “sólo a un borracho podía ocurrírsele semejante idea”.
Patti sorprendió a propios y extraños cuando apeló a los medios para insistir con un tema que todo el arco menemista se preocupaba en desterrar.
–Yo creo que hay que estudiar mucho la posibilidad del ballottage –insinuó primero en Radio Continental.
–O sea, retirarse de la elección –buscó una respuesta precisa Rolando Hanglin.
–Yo... Menem es muy difícil que lo haga, pero me parece que si yo tuviera que ser consejero hoy de Menem, lo haría. Se lo diría –remató.
Las palabras sacaron de quicio a los hombres más cercanos al ex presidente, que ayer trabajaron coordinadamente para desmentir en público un eventual paso al costado del candidato.
Patti pareció encuadrar más en la lógica del Gobierno, que aprovechó la ola para castigar a Menem. A tal punto que Eduardo Duhalde dijo, utilizando una figura boxística, que el ex presidente perderá por abandono o por KO.
Semejante “ruido” hizo que el conspicuo Carlos Corach, de un sorprendente bajo perfil durante la campaña, se acercara al Hotel Presidente para coincidir con Menem en la necesidad de confrontar electoralmente con Néstor Kirchner. Más aún, congeniaron en que lo mejor era suspender definitivamente las presentaciones judiciales por presunto fraude, que el abogado Luis Giacosa ya tenía redactadas.
El ex mandatario fue categórico con el tema anoche. Y el jefe de sus equipos técnicos, el empresario Francisco De Narváez, se había ocupado, a modo de aperitivo, en horas previas. En cambio, ninguno hizo alusión a Patti. Ni siquiera Alberto Kohan, a quien el ex comisario endilga la derrota que significó para Menem el resultado de la elección del 27 de abril.
–No hago comentarios de Patti –salió del paso ante Página/12 el ex secretario general de la Presidencia, pocos minutos después de salir del Hotel Presidente.
Sin embargo, hubo un acuerdo tácito entre los integrantes de la “vieja guardia” para cerrarle las puertas del bunker menemista al intendente de Escobar, últimamente muy suelto de lengua a la hora de andar ventilando los problemas internos a través de la prensa.
–Acá no entra más. Que ni se asome –señaló un ex funcionario que supo acompañar al candidato a sol y sombra.
–El alcohol es de venta libre, eso sí no lo podemos evitar –chicaneó otro adláter menemista sobre la propuesta de Patti, la misma que Menem calificó digna de un borracho.
La avanzada del ex comisario tiene vieja data. Pero se profundizó tras las elecciones, los que lejos de una crítica constructiva muchos interpretaron como un intento de tomar distancia de Menem. Básicamente porque entienden que lavar los trapitos sucios fuera de casa deja al descubierto la debacle menemista.
“Todavía no perdimos y Patti ya comenzó a pasar facturas. Eso no se hace”, se quejó el vocero de un dirigente bonaerense, recordando los reclamos del ahora envilecido intendente para que Kohan, Eduardo Bauzá y Alberto Pierri se corran de la campaña menemista. El admirador de la tortura no perdió oportunidad para volver sobre el tema ayer, en la misma entrevista radial.
–Creo que se resisten a irse y no se dan cuenta que de haberse ido hace cuatro o cinco meses hoy Menem sería presidente.
Bauzá, fiel a su tradición, ni siquiera abrió su celular para contestar. Kohan mantuvo la negativa. Pero Pierri no pudo con su genio. “No me interesa en lo más mínimo lo que pueda decir alguien que tiene un pasado nefasto, ligado a la represión, a la dictadura, involucrado en la tortura”, dijo en un sorprendente descubrir del historial del personaje en cuestión.
Pierri y Kohan no son dos blancos más de la crítica de Patti. Se postularon para competirle, también en nombre de Menem, la candidatura a gobernador bonaerense. Como si fuera poco, el intendente de Escobar se la agarró con Juan Carlos Romero, ni más ni menos que el número dos de la fórmula presidencial. El problema en este caso se planteó por el manejo de la campaña en la provincia.
Como uno de los principales aportantes de fondos de la nueva aventura menemista, Romero se puso al frente de la campaña bonaerense, con un esquema de trabajo ideado por su propia tropa. Obviamente, Patti no era de la partida.
Pero desde las filas romeristas agregaron un dato no menor que podría descifrar el accionar del ex comisario, muy cercano al de una mujer despechada. “Acá hay un problema de plata. Patti pidió fondos para hacerse cargo de la campaña y como no los obtuvo ahora se rebela”, señalaron a Página/12 desde el Hotel Presidente.
Un menemista full time, enceguecido de furia, insistió con el monto preciso que habría desembocado en los ataques públicos de Patti al resto de la tropa de Menem. “Vino a pedir 6 millones de pesos para garantizar fiscales y una buena elección. Está loco.”
El menemismo sigue en caída.