ECONOMíA › EL SECTOR AUTOMOTOR NO LE ENCUENTRA LA SALIDA A LA RECESION
Un pequeño empuje pero falla el encendido
Por Raúl Dellatorre
El pequeño repunte de las ventas de automóviles a concesionarios en abril no alcanza para revertir la profunda crisis en que está sumergido el sector. Las 9215 unidades vendidas el mes pasado suponen un aumento del 15,9 por ciento sobre el mes anterior, pero no representa ni la tercera parte del nivel de ventas que podrían considerarse normales. Más de la mitad de los rodados colocados en el mercado interno en abril son de origen importado, en tanto que se exportaron 10.656 automóviles en ese mismo período. La producción nacional registró un aumento del 11,8 por ciento con respecto a marzo, alcanzando a 15.559 unidades: aproximadamente una tercera parte del nivel necesario para mantener ocupadas las 10 terminales instaladas en el país.
“Hay más consultas, se está aflojando el potencial comprador que tenía temor a ser mal visto por tener un cero kilómetro, como ocurría hasta mediados del año pasado; lentamente, va apareciendo la demanda postergada”, comentó a este diario uno de los principales concesionarios automotores de la Capital. “De todas formas, la gente ataca más al mercado del usado: en abril se transfirieron 55 mil unidades, muy cerca de los niveles considerados normales hasta 1998”, agregó. En aquel año, el último antes del inicio de la depresión sectorial, se vendieron 500 mil unidades cero kilómetro y 750 mil (con transferencia registrada) usados, que equivalen a un promedio de 60/70 mil mensuales.
La evolución de precios explica en gran medida el corrimiento de la demanda hacia el usado. Mientras los cero kilómetro aumentaron 120 por ciento en promedio desde antes de la devaluación, los usados se incrementaron en una media del 60 por ciento en pesos. A ello se agrega la fuerte incidencia que hoy tiene el valor del patentamiento y la diferencia de costos de mantenimiento (el seguro, principalmente) en contra del presupuesto de quien compra un auto nuevo.
De hecho, las agencias que venden usados dan cuenta de la falta de unidades para vender. “Está muy potenciada la franja de unidades de 12 a 18 mil pesos y muchos prefieren una unidad totalmente equipada de dos a cuatro años antes que un cero kilómetro”, señaló a Página/12 Guillermo Dietrich, titular de la Cámara de Comercio Automotor. Pero esa franja se alimenta con las unidades que entregan como parte de pago los compradores de autos nuevos. Al caer la cantidad de estas operaciones, la oferta de unidades “seminuevas” pasó a complementarse con la reducción de flotas de muchas empresas medianas y grandes, así como también de hogares muy acomodados que tenían dos o tres unidades y decidieron “reducirse” a una menos.
Más de la mitad de la producción de automotores nacionales quedó concentrada en dos empresas, Ford y Chevrolet. La primera basó su estrategia en una precisa complementación con la producción de su filial brasileña: desde aquí abastece los modelos Focus y Ranger (utilitario) para la región e importa del país vecino el resto de la gama (Fiesta y F100, los principales). Pero su participación en las ventas al mercado interno es de menos del 18 por ciento, mientras que en la producción nacional tiene una porción del 27,5 por ciento.
Volkswagen, en cambio, es primera en ventas en el mercado interno, con el 18,7 por ciento, pero en el ranking de producción quedó en abril en el cuarto lugar, con una participación del 11,8 por ciento. Es decir, que basa su estrategia en la comercialización de autos importados de su propia marca, fundamentalmente traídos de Brasil (modelo Gol, el principal). El máximo exponente de esta última opción estratégica es Fiat Auto, que ha discontinuado su producción en el país para pasar a comercializar únicamente unidades importadas.
Si hay recuperación económica, todavía no se nota, al menos en uno de los sectores clave de la industria nacional como el automotor.