El jefe de Gabinete presentó ayer al mediodía junto al viceministro de Economía, Axel Kicillof, el Informe Mosconi, que denuncia “un proceso de sistemática desinversión, depredación del recurso y una visión cortoplacista que priorizó el giro de dividendos a su casa matriz”, seguido por Repsol entre 1999 y este año, hasta la expropiación del capital de control por parte del Estado nacional. Juan Manuel Abal Medina explicó que el informe, elaborado por el equipo designado al ser intervenida YPF, “muestra cómo se afectaba el futuro de los argentinos, mientras la empresa hacía maravillosas campañas publicitarias, pero cada vez invertía menos, producía menos y, a la vez, ganaba más plata”. Al mismo tiempo, cuestionó “la política de un Estado que le permitió a una empresa que hiciera esto y se aprovechara, no por una mala administración, sino que le fue muy útil para posicionarse en otros lugares del mundo en términos financieros”.

El jefe de Gabinete encuadró la difusión del Informe Mosconi en la política seguida por “este gobierno, que ha sido desde el principio un firme defensor de la información pública, desde la regulación y construcción participativa de normas, pasando por la publicación de leyes secretas, de informaciones que tienen que ver con terrorismo de Estado y el Informe Ra-ttenbach, sobre lo que ocurrió en la guerra de las Malvinas”. Explicó que el informe sobre Repsol YPF formará parte de una serie de trabajos, que continuará con un análisis sobre la deuda externa. “Es la información que tenemos que tener para entender las acciones de gobierno y controlar las políticas públicas”, agregó Abal Medina.

Algunos de los elementos surgidos de la auditoría y la posterior investigación iniciada por la Intervención de YPF (que, a partir de la expropiación, encabezaron el ministro Julio De Vido y Axel Kicillof) ya habían sido anticipados por Página/12. Entre ellos, el Plan Estratégico 2010/2014 de Repsol, en el que se detallaba que la filial argentina concentraría sus esfuerzos en rendir dividendos. “Objetivo: consolidar los ahorros operativos y continuar con las desinversiones en activos no estratégicos de YPF”, señalaba dicho Plan, fechado el 28 de abril de 2010. El 21 de julio, este diario también había adelantado aspectos del Informe Mosconi, “una investigación realizada del 16 de abril hasta el 1º de junio de 2012”, apuntaba Alfredo Zaiat en su Panorama Económico de ese día. El informe, se anticipaba entonces, aportaba “evidencia sobre la estrategia de depredación, desinversión y desabastecimiento del mercado interno que instrumentó el grupo Repsol”.

Ayer, Abal Medina agregó, refiriéndose a las revelaciones del mismo informe, que “se afectaba así un patrimonio simbólico material de todos los argentinos, y se comprometía el presente, el desa-rrollo, el crecimiento y los puestos de trabajo”.

Kicillof dijo que en los años ’90 “se convirtió a YPF en un instrumento para la valorización financiera y para la extracción desmedida de un recurso escaso, en manos de unos especuladores que se dedicaron a cualquier negocio, menos aquellos que apuntaran al bienestar del pueblo argentino”. “El Informe Mosconi –agregó– muestra los fundamentos claros y contundentes de que no había otra opción que hacer lo que se hizo.” Es decir, expropiar la empresa y recuperar su manejo para el Estado nacional.

“Repsol disminuyó un 56 por ciento la producción de petróleo y un 64 por ciento la de gas entre 1997 y 2011 y redujo las reservas un 49 por ciento en el mismo período”, afirmó Kicillof y destacó que “en los primeros cuatro años (de gestión de Repsol), YPF vendió activos de la compañía en el exterior por 3063,5 millones de dólares”. “En cuatro años –comentó–, YPF perdió el 70 por ciento de las reservas que tenía en el exterior.”

Junto a Abal Medina y Kicillof, también participaron de la conferencia de ayer el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y el abogado especialista en derecho a la información Damián Loreti.