La mesa chica de la CGT que no siguió a Hugo Moyano en su afán reeleccionista se reunió ayer para profundizar el debate sobre el sistema de conducción. “(El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio) Caló es el único candidato por ahora”, señaló el dirigente de Sanidad Héctor Daer al finalizar el encuentro en la sede de la Uocra. Aun así los gremialistas discuten la posibilidad de conformar un triunvirato como conducción ante lo que interpretan como un “debilitamiento de la candidatura del metalúrgico”.

“Seguramente nos vamos a reunir esta misma semana para definir el futuro de la conducción de la CGT”, sostuvo Daer en el gremio de los trabajadores de la construcción mostrando las diferencias en cuanto a la forma que tomará la cúpula a partir del 5 de octubre, cuando se reúnan los congresales de los distintos gremios para elegir a quien conducirá la central obrera en el próximo período. En realidad, el encuentro estaba previsto para que los Gordos –gremios de servicios vinculados al proceso político de los ’90 que encabezó el ex presidente Carlos Menem– y los Independientes –el estatal Andrés Rodríguez de UPCN, el titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, y el anfitrión Gerardo Martínez– que ven con buenos ojos la posibilidad de que sea un triunvirato el que encabece la CGT. Pero el líder de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, que integra el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), impulsa directamente a Caló.

El proyecto reeleccionista de Moyano dejó a la CGT partida en tres. Los gremios que no aceptaron la propuesta del moyanismo de continuar un nuevo período al frente de la central obrera se embarcaron en el proceso de institucionalización que finalizará en el congreso que realizarán en el estadio de Obras Sanitarias en octubre. El nombre de Caló fue el primero en aparecer como posible candidato a la secretaría general, además de ser apoyado por un congreso nacional de la UOM. Algunas actitudes del metalúrgico, como faltar a la reunión que mantuvo el sector con la presidenta Cristina Kirchner, fueron tomadas por sus aliados como “gestos de debilidad que un secretario general no puede tener en la CGT”.

“Hoy hablamos de la plataforma electoral y de los objetivos que tenemos por delante como CGT”, sostuvo Daer en la Uocra. El triunvirato comenzó a sonar con fuerza a partir de la propuesta del gastronómico Luis Barrionuevo, que coquetea con la posibilidad de llevar su CGT Azul y Blanca e integrarla nuevamente a la CGT. Una conducción con tres secretarios generales la daría la posibilidad a Barrionuevo de estar a la cabeza de la central obrera, pero cada vez está más lejos de llegar a un acuerdo. Sin embargo, la posibilidad de un triunvirato cobró mayor fuerza a partir de la indecisión de Caló en su carrera hacia la cúpula sindical.

“Tenemos que reconstruir la candidatura de Caló después de los errores que cometió”, confió a Página/12 un dirigente gremial en referencia al faltazo de Caló a la Casa Rosada y los rumores de que se bajaba por una enfermedad cardíaca. “Es el candidato que queremos todos, pero él mismo atentó contra sus propias posibilidades”, agregó el sindicalista poniendo en el metalúrgico la responsabilidad de la “falta de confianza que generó hacia adentro”. Con el ojo puesto en el congreso del 5 de octubre los sindicalistas caminan sobre papel de arroz para realizar lo mejor posible el cronograma electoral “para que no queden dudas y evitar impugnaciones”, que puedan poner un palo en la rueda al proceso de “legalidad y legitimidad que iniciamos con el Comité Confederal” de principios de mes, finalizó.