Desde Beijing

El ministro de Planificación, Julio De Vido, arribó ayer a China para intentar conseguir financiamiento para la construcción de las represas Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic (ex Cóndor Cliff y Barrancosa), ubicadas sobre el río Santa Cruz. El funcionario mantendrá entre hoy y el viernes una serie de reuniones con autoridades de empresas estatales energéticas y el ministro de Promoción Económica de este país. Luego partirá a Moscú, donde será recibido lunes y martes de la semana que viene por el ministro de Energía ruso en la sede ministerial, y por empresarios del sector. En el caso de Rusia las negociaciones están bastante avanzadas, aseguran fuentes oficiales. El costo total de las obras fue estimado en 21 mil millones de pesos, unos 4500 millones de dólares, de los cuales como mínimo el cincuenta por ciento debe ser aportado por capitales privados. El financiamiento de parte de estos países está asociado a una exigencia de adquirir su propia tecnología y equipos industriales.

La actual licitación para las represas fue lanzada el 21 de agosto. Con la intención de recibir financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (Bndes), compraron los pliegos las empresas brasileñas Camargo Correa y OAS y, como empresa argentina, pero en función de su operatoria en el país vecino, también lo hizo Impsa, de la familia Pescarmona. Los pliegos exigen que como mínimo la mitad de los recursos, es decir más de 2 mil millones de dólares, sean aportados por los privados. En teoría, el 12 de diciembre cierra la compulsa, con la idea de que la obra comience a ser ejecutada en el primer semestre de 2013, según indicó De Vido.

En rigor, se trata del cuarto proceso licitatorio lanzado para la construcción de las represas. La primera fue en abril de 2008 y luego hubo una segunda en octubre de ese año, cuando se redujo el número de turbinas, y por ende de la potencia, del proyecto. En febrero de 2010 se realizó la tercera, bajo la modalidad de obra pública, con la explotación a cargo del Estado. El financiamiento público era del 70 por ciento. Un consorcio formado por Impsa, con planta en Mendoza e importante experiencia en la materia, Camargo Correa y Corporación América, del grupo Eurnekian, ganó la licitación para llevar a cabo el proyecto. Incluso se realizó la preadjudicación en agosto de 2010, con la posterior autorización a fines de ese año por parte de la Legislatura santacruceña. La dificultad para conseguir financiamiento hizo que las condiciones en la actual licitación sean más exigentes para los privados, ya que exige un aporte mayor.

Para poder ganar la licitación, el consorcio privado debe estar formado en un 30 por ciento por compañías argentinas y presentar la mejor propuesta de financiamiento. Sin embargo, no está claro qué rol deben cumplir las firmas nacionales, si deben integrar la oferta de maquinaria y tecnología o pueden también enfocarse en la obra civil. La inversión privada de parte de las firmas internacionales sería financiada por los bancos de desarrollo de esos países, como el BNDS, el Banco de Desarrollo de China y el Banco Estatal de Desarrollo y Asuntos Económicos Exteriores de Rusia (Vnesheconombank). Este tipo de entidades, para entregar fondos, exige que los proyectos supongan para las empresas de esos países una mejora en las ventas de equipos y maquinaria de alta tecnología.

El repago de la inversión para los privados se realizará con la venta a Cammesa de la energía, a valor actual, producida durante quince años, aseguró el secretario de Obras Públicas, José López. La propuesta de financiamiento de parte de los privados debe incluir el porcentaje de financiación del proyecto, el plazo total para la devolución, plazo de gracia, amortización, costo total del financiamiento y cronograma de desembolsos. En el proyecto de Presupuesto 2013, el Tesoro pide autorización para entregar avales por 7600 millones de dólares destinados a la construcción de ambas represas. También podría destinar recursos del Fondo Fiduciario Hídrico.

Hay un antecedente reciente de inversión china en el país. Si bien no se concretó aún, en el área de transporte, en junio de este año, durante la visita a la Argentina del primer ministro chino, Wen Jiabao, ambos gobiernos firmaron un acuerdo para el otorgamiento de un crédito de parte del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Industria y Comercio de China por 9500 millones de dólares. Esos fondos se destinarán a financiar el Proyecto de Rehabilitación del Ferrocarril Belgrano Cargas, que tiene por objetivo reactivar y poner en valor casi 1500 kilómetros de vías que se extienden por varias provincias del centro y del norte del país. El préstamo es a quince años y Argentina recién comenzará a devolver los fondos a partir del quinto año, pagando un interés equivalente a la tasa de referencia Libor más 2,9 por ciento anual. Por otro lado, el Gobierno también analiza la posibilidad de que China participe de la construcción de una cuarta central nuclear, además de Embalse y Atucha I y II. Con el mismo objetivo, en Planificación ya mantuvieron reuniones con la firma estadounidense Westinghouse, la canadiense Candu Energy, que aportó la tecnología de Embalse, la francesa Areva, la Corporación de Energía Nuclear de Rusia (Rosatom) y la Korea Electric Power.

Sin embargo, en el plano energético el principal proyecto en carpeta, también de carácter público-privado, es la extracción de gas y petróleo no convencional en el yacimiento de Vaca Muerta. En el Gobierno analizan la posibilidad de que YPF se asocie con las petroleras chinas Sinopec, que en 2010 adquirió la filial de Occidental Petroleum, y Cnooc, asociada con Bridas en Panamerican Energy. Esas firmas asiáticas tienen actividades en Mendoza, Chubut y Santa Cruz. Según expertos en el área, Argentina es el país con mejores condiciones en Latinoamérica para desarrollar ese tipo de hidrocarburos, y uno de los principales móviles de China en la arena internacional es la búsqueda de recursos naturales, en especial de energía, para abastecer a su enorme parque industrial. Por esa razón los asiáticos realizaron importantes inversiones, a través de su banca de desarrollo, en Venezuela, Ecuador y Brasil.