Gabriela Michetti se reunirá hoy con Mauricio Macri para tener la conversación sobre su negativa a pasar a ser candidata en la provincia de Buenos Aires. “Se supone que la charla es el miércoles”, repetían en el PRO los partidarios de que se quede en Capital y los que esperan que el jefe de Gobierno la convenza –por los medios que sea– de que reconsidere su “no”. El diálogo con Macri es el último obstáculo antes de que la ex vicejefa anuncie públicamente que continuará haciendo política en la Capital. Ese anuncio implicará un cambio radical de la estrategia del PRO en la provincia. Por el despacho del ministro de Gobierno, Emilio Monzó, desfilan los diputados provinciales y funcionarios en busca de un plan B. Parece ineluctable la reedición de un acuerdo con Francisco de Narváez.

Como adelantó este diario la semana pasada, Michetti ya decidió quedarse en Capital. Les confirmó a sus íntimos que ya no hay nada ni nadie que la haga cambiar de opinión. La convencieron una larga serie de razones, entre las cuales está que un cambio a provincia le haría perder la posibilidad de suceder a Macri como jefa de Gobierno. La ex vicejefa espera tener su charla final con el líder de PRO antes de anunciar públicamente lo que hará. El encuentro será hoy, según se rumoreaba en Bolívar 1. Si por algún contratiempo se retrasa, las diversas fuentes que consultó este diario indican que no pasará de esta semana. Allí Michetti le expondrá a Macri los motivos por los que no hará el cambio a provincia. No falta el que se ilusiona con que el jefe de Gobierno la persuada a cambiar de opinión, ya sea por la vía de la zanahoria o del garrote.

Si se queda en Capital, es probable que ella deba enfrentarse a su archirrival Horacio Rodríguez Larreta en internas abiertas por el cargo a senador nacional. Seguramente Michetti formará en ese caso un tándem con Federico Pinedo. Para acompañar a Larreta, ya se menciona a la diputada Laura Alonso o bien al ministro de Educación, Esteban Bullrich. Michetti también podría elegir no jugar en 2013, como lo sugirió el fin de semana: “No necesariamente seré candidata a senadora en Capital, también podría prescindir de la elección de 2013 y ayudar al partido desde otro lugar”, deslizó. En su entorno interpretan que así como Larreta cree que necesita sí o sí pasar por un test electoral, no necesariamente es el caso de la diputada, que ya encabezó las elecciones en 2009.

“Que sea cuanto antes”, reclamó ante este diario uno de los armadores nacionales de los que apostaban todo a que Michetti diera el sí. “Espero que sea a fondo esa reunión y que la tengamos como candidata en la provincia”, mantenía la ilusión. En cambio, otros dirigentes ya se iban resignando. “Nos quedamos sin candidata”, se ajustaban la corbata cerca de Monzó, que fatiga los cafés y los despachos discutiendo sobre otras alternativas. “Estamos pensando el Plan B, el C, el D, el H, I, J...”, comentaba uno de los allegados del ministro de Gobierno y principal constructor de Macri a nivel nacional.

Monzó es remiso a volver a un acuerdo con De Narváez, pero ese camino es uno de los más factibles. La alianza de los empresarios implosionó cuando Macri reclamó su parte de los lugares en las listas provinciales y el Colorado le exigió lo mismo en Capital. Nadie cedió y el frente, ya maltrecho, terminó de caerse. “Vamos a buscar frentes electorales, con la UCR, con el Colorado. Pero hoy falta mucho”, dicen en el PRO.

Los partidarios de De Narváez saben que están en una posición inmejorable para negociar, ahora que el PRO no tendrá a Michetti. La mano derecha del Colorado, Gustavo Ferrari, señaló a Página/12 que “cualquiera que divida a la oposición va a ser funcional al kirchnerismo”. “Nosotros llamamos a un frente de unidad y ahora el PRO tendría que considerar si quiere sumarse”, advirtió el diputado. “El frente de unidad tiene dos llaves. Una es un eje temático común, que es el más convocante: la Constitución hay que cumplirla antes que cambiarla. La segunda llave es proponer candidaturas tanto a presidente como a gobernador para dirimir por el sistema que corresponda en 2015. Hoy hay emergencias institucionales serias para que una candidatura nos separe”, sostuvo el hombre de De Narváez. Para Ferrari, “esto lleva a una unidad de todos los que estamos en la oposición al cristinismo”. La verdad se sabrá cuando “todos” discutan los lugares en las listas.