Miércoles, 26 de septiembre de 2012 | Hoy
EL PAíS › DEBATE SOBRE LA CONTINUIDAD DEL PROCESO CONTRA MUSA AZAR POR EL ESTADO DE SALUD DEL ACUSADO
La defensa pidió que el represor sea apartado del juicio. La fiscalía y las querellas evalúan otras opciones: que siga el proceso a través de una videoconferencia o que deba ir sólo para el tramo final. Diferencias entre los peritos.
Por Alejandra Dandan
La megacausa sobre crímenes de lesa humanidad de Santiago del Estero está casi paralizada desde el 4 de agosto. Una afección cardíaca de Musa Azar, el ex jefe de espionaje de la provincia, metió al juicio en una especie de tubo negro. Los integrantes del Tribunal Oral Federal evaluaban ayer un nuevo examen clínico para ver si puede seguir en el juicio –como piden las querellas y la fiscalía– o lo separan, como esperan sus abogados defensores. El caso muestra algunos dilemas a la hora de resolver el conflicto de intereses entre el derecho de las víctimas a continuar con el juicio después de tantos años de espera y las cuestiones acerca de cómo garantizar el derecho a la salud y de la defensa de los acusados.
En La Rioja se dio un escenario parecido debido al estado de salud de Luciano Benjamín Menéndez y del ex comisario Domingo Vera. En Santiago, una operación al corazón y luego un infarto dejó el juicio técnicamente parado desde el 4 de agosto, cuando se hizo la última jornada de testigos. Las siguientes audiencias se hicieron para informar sobre el estado de salud del ex jefe de Inteligencia de la D2 y evitar que el juicio se interrumpa durante diez días seguidos, que es lo que preo-cupa a las querellas, porque puede ser razón de nulidad.
Con esta situación, aparecen preguntas sobre la rigurosidad de la pericia médica. Musa Azar fue revisado hasta el momento por dos instancias: el perito del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, Cristian Rando, y un perito convocado por las querellas para chequear ese examen. Pese a que Rando fue cuestionado en otras ocasiones por sus informes, en esta ocasión su diagnóstico coincidió en lo esencial con el otro médico. Aunque Rando se opuso a un eventual traslado al Hospital Penitenciario de Ezeiza. El otro médico no. Esa situación provocó que el Tribunal vuelva a pedir un examen.
El fiscal Gustavo Gimena y las querellas dicen que Musa Azar debería seguir en el juicio. “El informe no es tajante. Sólo infiere con un ‘quizá’, que el estrés de un juicio podría desencadenarle una nueva complicación, pero cuando le preguntamos si esa situación de estrés podría tener ese tipo de efectos en cualquier persona o sólo en alguien con el cuadro de base de Musa Azar, el médico dijo que quizá se agrava en su caso, pero que podría desencadenarlo en otros”, señala el fiscal.
Se espera que hoy el tribunal integrado por Alicia Fernández Vecino, Juan Reynaga y José Asís tome una decisión.
Cristina Torres es ex detenida política, querellante, presidenta de la Asociación por Memoria, Verdad y Justicia de Familiares de Detenidos Desaparecidos. “Todos los días cuando nos levantamos nos enteramos de una nueva”, dice. “Nos cierran los caminos para tenerlo a él presente en el juicio. Nadie quiere cargar sobre sus espaldas con la idea de que le pase algo en una situación de juicio. Pero por otro lado, el perito reconoció que su situación es tal que le puede pasar algo en la audiencia como en un traslado o estando en el lugar donde está. Incluso el perito del Cuerpo Médico Forense dijo que no estaba en condiciones de ser trasladarlo a Ezeiza, pero nuestro perito no acordó.”
Desde allí, entonces, sostienen un abanico de posibilidades antes de pensar en que el acusado sea separado del juicio. Que Musa Azar vuelva a la sala, que permanezca en una sala contigua o que se analice el traslado al hospital penitenciario de Ezeiza donde puede tener controles y seguir las audiencias a través del sistema de videoconferencia. Pero no son las únicas opciones. También es posible que los acusados no estén en las salas de audiencia.
En la ciudad de Buenos Aires, el juicio ESMA I y Plan sistemático de robo de bebés se hicieron con imputados que no estuvieron en las audiencias, salvo en algunas ocasiones. Por usos y costumbres, los tribunales establecen obligatoria la permanencia de los acusados en el inicio del juicio y en el tramo final, que comienza cuando arrancan los alegatos. Pero son los acusados los que tienen el derecho de decidir estar o no estar durante las audiencias.
“Musa Azar ha planteado un incidente, pero que se vio que estaba superado hace tiempo cuando el sanatorio privado que lo atendió le dio el alta para que se traslade nuevamente al hospital”, dice en este caso Luis Garay, otro de los querellantes. “Por supuesto --continúa-- es una persona de 75 años con una afección cardíaca, perfecto no está, pero creemos que lo que está buscando es evitarse la molestia de someterse a un juicio. Tampoco es cierto que nos emperramos en que no lo aparten, pero no queremos que se le suspenda el juicio para que sea juzgado después, porque si bien ésta no es la primera causa que lo lleva a juicio, es la más importante. La sentencia no importa tanto en términos de años porque ya está condenado.”
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