Al cierre de esta edición, la Cámara de Diputados continuaba con el debate para darle media sanción al Presupuesto 2013. Desde el Frente para la Victoria (FpV) aseguraron que la sanción sería afirmativa tanto en general como en particular. La normativa prevé un crecimiento del PBI de 4,4 por ciento, un tipo de cambio promedio a 5,10 pesos y una variación del Indice de Precios al Consumidor de 11,2 por ciento. Durante el debate, la oposición adelantó que votaría en contra. La Coalición Cívica, el PRO y el peronismo disidente presentaron un dictamen en conjunto y la UCR rechazó el texto del oficialismo. El exabrupto de la jornada provino de Fernando “Pino” Solanas, quien le vaticinó el Gobierno “muchos 13 de septiembre (cacerolazos)”.

El encargado de iniciar la discusión fue Roberto Feletti, presidente de la Comisión de Presupuesto, quien defendió “la política expansiva del gasto público”. “Desde 2003 a la fecha hemos aumentado el gasto social para la instalación de nuevos derechos. Elevamos el presupuesto en educación y cuadruplicamos la obra pública. Este presupuesto contrasta con lo que está ocurriendo en el mundo”, sostuvo el diputado oficialista, quien además defendió la administración del tipo de cambio y las medidas para controlar la compraventa de divisas. “No vamos a convalidar tasas de ganancia en dólares monumentales. Frente a una crisis externa, no vamos a realizar un ajuste vía devaluación. No se está haciendo ni se hará. Esto lo deberían entender partidos con raigambre popular y progresistas”, agregó el diputado.

La última mención de Feletti aludía a la UCR, Proyecto Sur y Unidad Popular. Claudio Lozano, representante de esta última fuerza, se retiró del recinto no bien comenzó el debate para asistir a la concentración convocada por la CTA de Pablo Micheli y sectores de la CGT de Hugo Moyano. “Entre estar en una sesión banal y estéril o ir a la marcha, prefiero ir a la marcha”, sostuvo el legislador. Una vez concluida la movilización, regresó al recinto.

Antes de terminar su discurso, Feletti anunció que se incorporarían algunos cambios en el proyecto, relacionados con la distribución del incentivo docente entre los distintos municipios de cada provincia. “La idea es que las provincias bajen los recursos a los municipios. En la provincia de Buenos Aires pasaba que muchos fondos no llegaban a destino”, indicó a Página/12 un asesor de la Comisión de Presupuesto. También se agregarán más recursos para las universidades nacionales.

De la totalidad del gasto público (628.629 millones de pesos), la Administración nacional destinará el 62,9 por ciento a los llamados servicios sociales, es decir 395.607 millones de pesos a educación, asistencia social, salud, trabajo, vivienda, agua potable y ciencia y técnica. Estos recursos tendrán un crecimiento de 20 por ciento en relación con lo presupuestado el año pasado. Por otro lado, los servicios económicos representarán el 16,3 por ciento del total del gasto (102.572 millones). Esto abarca transferencias para energía, transporte, agricultura, industria, y comercio.

Una de las principales críticas de la oposición tuvo como argumento central “la distribución arbitraria de recursos hacia las provincias”. “Hay provincias privilegiadas y otras que no”, sostuvo Pablo Orsolini (UCR, Chaco). “No sé si estará en el presupuesto el gasoducto del GNEA para que podamos tener gas y no estar postergados. Yo no entiendo mucho de economía ni de presupuesto, quizá la obra esté perdida por ahí, ojalá”, agregó Orsolini, un hombre de la Federación Agraria. Efectivamente, el chaqueño pasó por alto algunas páginas del presupuesto. De su texto se desprenden acciones de Enarsa para transferir recursos con el objetivo de avanzar en el gasoducto del GNEA, como así también autorizaciones para operaciones de crédito.

El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, estuvo en el Congreso para reclamar la restitución de fondos para su provincia (ver aparte). También sostuvo que su jurisdicción era discriminada en el “reparto de obra pública”. Según las planillas anexas del Presupuesto, Córdoba recibirá el próximo año 363,1 millones de pesos en concepto de obras plurianuales. Además recibirá del Estado nacional 862,9 millones del Fondo Federal Solidario y otros 906,7 millones de pesos por “obligaciones a cargo del Tesoro”. Las Transferencias y Contribuciones a la Seguridad Social y organismos descentralizados serán de 1175,3 millones de pesos.

Eduardo Amadeo, del Frente Peronista, polemizó con Feletti. “Se va a financiar el futuro con más inflación y más presión fiscal”, interpretó. “Como dijo el diputado Feletti, el presupuesto dice ‘no queremos que ahorren’. Nos dicen que van a seguir tomando deuda y recursos de las pocas cajas públicas”, siguió. Luego acusó al kirchnerismo de venir “con el ridículo ideológico de vivir con lo nuestro”, para recordar que “un gobernador se vio en la obligación de pagar bonos en pesos, que debía pagar en dólares”, en referencia al chaqueño Jorge Capitanich (ver página 7).

El legislador de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay centró su argumentación en el plano “moral”. “¿Qué pensarán los hijos de los diputados que aprobarán este presupuesto falso?”, lanzó, en un cuestionamiento que incluyó las cifras del Indec. El lilito también reclamó una modificación del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.

Otro legislador que le apuntó al Indec fue Jorge Yoma (FpV, La Rioja). “La inflación existe y está erosionando el poder adquisitivo y la rentabilidad de las economías extrapampeanas”, indicó el diputado, quien automáticamente pidió recursos y subsidios para las economías regionales de su provincia. Más allá de estos cuestionamientos, el riojano afirmó que votaría a favor durante el tratamiento general del proyecto.

Uno de los momentos más exaltados del debate se dio en el discurso de Pino Solanas. “Con la mentira no se puede gobernar. No se sorprendan si aparecen de aquí en adelante eventos como los del 13 de septiembre (cacerolazos) todos los días”, advirtió, casi a los gritos. También aprovechó para cuestionar la creación del Polo Audiovisual en la Isla Demarchi, por considerarlo un “negocio inmobiliario” y no un potenciador de las industrias culturales en el país.

Al cierre de esta edición ya habían transcurrido más de diez horas de debate. Según el oficialismo, una hora más tarde se le daría media sanción al proyecto sin ningún sobresalto. “Las propuestas de la oposición apuntan al endeudamiento, cuando nosotros queremos reconstruir el Estado de Bienestar peldaño a peldaño. También apuntan al desfinanciamiento del Estado. A veces es cómodo no pelearse con los poderes fácticos”, cuestionó Eric Calcagno (FpV), al promediar el debate.

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