La Organización Mundial del Trabajo afirmó ayer que el año próximo siete millones de trabajadores en todo el mundo perderán su empleo a raíz de la crisis internacional. Desde el inicio de la crisis, en el segundo semestre de 2008, ya se destruyeron 30 millones de empleos. El aumento en la desocupación guarda relación con la negativa de los países desarrollados, en particular de Europa, a salir de la crisis por la vía expansiva, a través de una política fiscal activa. En cambio, los gobiernos optan por el ajuste para impedir que la inflación lesione el valor del euro y mantener la correlación de fuerzas favorable a Alemania. “La consolidación financiera sólo puede ser sostenible de la mano de una responsabilidad social y un reparto justo de las cargas”, indicó Guy Ryder, director general de la OIT.

La OIT presentó la actualización de los datos del mercado laboral en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, en Tokio, Japón. Justamente el FMI es uno de los promotores de los paquetes de austeridad que limitan la demanda agregada y la creación de empleo. La estrategia de los organismos financieros internacionales junto a las autoridades de la Unión Europea es que Grecia, Portugal, España e Italia recuperen competitividad externa para ganar capacidad de repago de sus deudas a partir de la reducción de los costos laborales.

“El ajuste provocará más daños. La proliferación del desempleo tiene consecuencias catastróficas para miles de millones de personas y naciones enteras”, advirtió Ryder. La OIT incrementó la previsión sobre pérdida de empleos en 2013 de 4 a 7 millones. “Los daños provocados por las medidas de austeridad fueron más profundos de lo que se había calculado al principio”, agregó el director general de la OIT.

La cantidad de personas que buscan empleo en el mundo asciende a 200 millones. Las dificultades se muestran en forma más cruda en algunos países de la Unión Europea. La tasa de desocupación en España es del 25,1 por ciento, seguido por Grecia, con el 24,4 (el país heleno informó esta semana que el porcentaje ya superó el 25 por ciento). Alrededor del 15 por ciento es la tasa en Irlanda, Portugal y Eslovaquia. En un tercer escalón, cerca del promedio de la Eurozona, de 11,3, están Francia, Italia y Estonia. Los mejores valores los muestran Alemania, Austria y Holanda. Los países de la Unión Europea que no adhirieron al euro, muchos de ellos de condición económica históricamente débil, tienen ratios de desempleo que van del 6,6, en el caso de República Checa, hasta el 15,9 por ciento de Letonia.

Desde fines de 2007, cuando comenzaron a manifestarse los problemas económicos que estallarían al año siguiente, el desempleo creció, en orden de relevancia, en España, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, la Unión Europea, México, Francia, Canadá, Australia, Japón, Rusia y Sudáfrica, según la OIT. Argentina, Corea y Arabia Saudita están prácticamente igual, con bajas para Turquía, Indonesia, Alemania y Brasil.

El titular de la OIT consideró preocupante que un tercio de las personas sin empleo sean menores de 25 años, son 75 millones de jóvenes en todo el mundo. La OIT presentó al G-20 un análisis sobre el impacto del desempleo juvenil en los países de ese grupo, sin tener en cuenta, por dificultades en sus estadísticas, a China, India y Arabia Saudita. Las economías más afectadas son Italia, España y Sudáfrica, con tasas de desocupación de jóvenes de entre el 35 y el 52 por ciento, seguidas por Francia, Indonesia y Reino Unido, con valores de entre el 21 y el 23 por ciento. Argentina integra, junto a Brasil, Canadá, Estados Unidos, Rusia y Turquía, un conjunto de países con tasas de desempleo juvenil del 15 al 18 por ciento, mientras que los mejores valores, del 8 y el 11 por ciento, están en Australia, Alemania, Japón, Corea y México. Dentro del universo, 900 millones son pobres.