Las negociaciones entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional alrededor de las estadísticas de precios y crecimiento del país se retomarán en 2013. El próximo lunes la titular del FMI, Christine Lagarde, informará al directorio la respuesta argentina a las inquietudes del organismo sobre la información elaborada por el Indec y recién el año próximo los directivos abordarán la cuestión.

Todavía no existe una fecha para la reunión de directorio del FMI donde determinará si están satisfechos con los planteos realizados por el país y el compromiso para avanzar en la construcción de un nuevo índice de precios al consumidor (IPC) de alcance nacional. A diferencia de la amenaza de “tarjeta roja” realizada por Lagarde en septiembre durante la última visita de CFK a Estados Unidos, el vocero del FMI afirmó ayer que “estamos listos para seguir cooperando con las autoridades argentinas en relación con el tema del IPC y los datos del PIB”.

El FMI reclama y presiona al gobierno argentino para que “mejore” la calidad del IPC y los datos PIB confeccionados por el Indec. Todos los países miembros del Fondo deben suministrar un conjunto de datos económicos “en la forma más detallada y precisa posible”, pero el organismo considera que la información suministrada por el país no cumple con esos requerimientos y solicita que Argentina corrija las deficiencias. El exabrupto de Lagarde amenazando con “sacarle tarjeta roja” al país y las duras respuestas de CFK calificando al FMI de “árbitro bombero” fueron el último episodio de una puja que comenzó hace más de dos años.

A pesar de los reiterados cuestionamientos de la Presidenta a las políticas de ajuste impulsadas por el FMI y la negativa para que el organismo realice el examen macroeconómico del país contemplado en su estatuto, el Gobierno solicitó a fines de 2011 su colaboración para elaborar un índice de precios de alcance nacional. La convocatoria al Fondo no alcanzó y en febrero Lagarde cuestionó la ausencia de avances. En ese momento, el FMI ofreció un período de seis meses para mostrar resultados.

Los plazos vencieron en septiembre pasado cuando Lagarde volvió a informar la falta de cambios. Entonces, algunos países europeos reclamaron una sanción para Argentina, pero finalmente, negociaciones políticas mediante, el FMI moderó su posición. Aunque lamentó “la falta de progreso en la implementación de medidas para remediar la situación”, el organismo sostuvo que “tomó nota del diálogo en curso entre el FMI y las autoridades locales respecto de las medidas, y solicitó a la Argentina que las aplique sin demora”. En ese momento se dispuso que el 17 de diciembre Lagarde informe “la respuesta argentina a las inquietudes del FMI”. A partir del lunes, el paso siguiente será una reunión del directorio donde vuelva a revisar el tema. “No hay una fecha para la reunión del directorio donde se discutirá el informe sobre Argentina pero no esperaría que sea este año”, afirmó ayer el vocero del FMI, Gerry Rice, quien se limitó a reiterar que “estamos listos para continuar cooperando”.

Las negociaciones políticas con el Fondo están a cargo del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino. Además, la posición oficial en el directorio del organismo está encabezada por el nuevo representante argentino, Sergio Chodos. Entre los reclamos del FMI figuran pedidos de precisiones técnicas y “sugerencias” de cambios metodológicos. Algunos aspectos están vinculados con las ponderaciones en la canasta de consumo –el peso que tienen en el índice los distintos productos a la hora de medir las variaciones de precios– y la elaboración de canastas estacionales o la modificación de los ítem que se miden de acuerdo con su estacionalidad. A su vez, el Fondo reclama que el Indec vuelva a informar precios promedio en sus reportes.