Jueves, 20 de diciembre de 2012 | Hoy
ECONOMíA › AMBAS PETROLERAS ACORDARON TRABAJAR EN CONJUNTO EN LA CUENCA NEUQUINA PARA EXTRAER CRUDO NO CONVENCIONAL
El desembolso inicial conjunto será de mil millones de dólares e incluye la perforación de cien pozos el año próximo. El acuerdo contempla ampliar el área de exploración en cinco años, lo que podría demandar una inversión total de 15.000 millones de dólares.
Por Fernando Krakowiak
La petrolera YPF acordó ayer con su par estadounidense Chevron explotar en conjunto la formación Vaca Muerta para extraer crudo no convencional de la cuenca neuquina. El plan piloto se realizará en un área de 290 km2 que comprende Loma La Lata y Loma Campana. La inversión inicial será de mil millones de dólares e incluye la perforación de cien pozos el año próximo, aunque el acuerdo contempla la posibilidad de ampliar el área de exploración a 600 km2 en cinco años, lo que podría demandar una inversión total de 15.000 millones de dólares. El convenio lo suscribieron en Houston el presidente de YPF, Miguel Galuccio, y su par para América Latina y Africa de Chevron, Ali Moshiri. Ambos ofrecieron luego una videoconferencia para un grupo de periodistas reunidos en la sede de YPF en Puerto Madero. Página/12 le preguntó a Moshiri si condiciona a la empresa la demanda que le inició Repsol después de la firma del primer memorando de entendimiento con YPF. La respuesta fue contundente: “Es irrelevante y no nos preocupa en absoluto”, remarcó.
Cuando Galuccio anunció el plan quinquenal de YPF, el 30 de agosto, dejó en claro que la búsqueda de un socio estratégico era prioridad. De hecho, al detallar de dónde obtendría los 37.200 millones de dólares que prevé invertir afirmó que 32.600 desembolsaría la propia compañía (80 por ciento del cash flow operativo y 20 por ciento con crédito) y 4600 millones pondría un socio interesado en sumarse para explotar un proyecto de hidrocarburos no convencionales (shale oil y gas). Por entonces, YPF sólo había firmado memorandos de entendimiento (MOU) con Bridas y Corporación América, pero el 14 de septiembre sorprendió al cerrar un MOU con Chevron, la segunda petrolera de Estados Unidos y una de las diez más importantes del mundo.
Desde entonces, los técnicos de ambas firmas avanzaron en la elaboración del acuerdo que se anunció ayer. “Es el primer paso en el desarrollo en modo de factoría que prevé YPF para concretar el crecimiento de la producción previsto en su plan 2013-17 y que apunta a revertir el desbalance energético en el país”, afirmó Galuccio. Lo que se decidió es armar un joint venture en el que YPF aportará la concesión que posee en Vaca Muerta, mientras que ambas firmas compartirán los costos de exploración y explotación, además de know how y tecnología.
La inversión contemplada en el plan piloto será de mil millones de dólares, pero aún no está definido cuánto pondrá cada empresa. Galuccio indicó que el objetivo es que la inversión y los resultados sean compartidos en forma “igualitaria”. “Si es un 50 por ciento cada uno, es un detalle a terminar de definir”, indicó. En el documento firmado ayer se estableció un período de cuatro meses para precisar los detalles que darán forma al texto final.
El petróleo de Vaca Muerta es calificado como un recurso no convencional por hallarse en reservorios acotados en suelos rocosos, que requieren de un procedimiento especial y costoso de extracción. En noviembre de 2011, Repsol anunció el descubrimiento de 927 millones de barriles equivalentes en esa formación. La compañía afirmó entonces que la consultora Wood Mackenzie había clasificado ese crudo no convencional entre los mejores del mundo, luego de analizar zonas exploratorias en los Estados Unidos, Australia, China y diferentes países europeos.
En febrero de este año fue más allá y presentó un estudio de la consultora Ryder Scott que elevó la previsión de reservas a 22.837 millones de barriles equivalentes. Eso fue porque el nuevo estudio abarcó un área mayor: 8071 km2, donde YPF tiene una participación de 5016 km2 dentro de la cuenca neuquina. Sin embargo, los españoles hicieron poco para extraer ese crudo. De hecho, el propio informe de Ryder Scott difundido por Repsol a comienzos de año, cuando todavía controlaba YPF, calificó como reservas probadas sólo 33 millones de los 22.837 millones de barriles equivalentes, apenas el 0,14 por ciento del total.
Cuando el Estado expropió el 51 por ciento de las acciones de Repsol, la petrolera conducida por Antonio Brufau adelantó que demandaría a toda compañía que intente asociarse con YPF para explotar Vaca Muerta. Luego del memorando firmado entre YPF y Chevron, Repsol le inició juicio a la firma estadounidense, primero en España y luego en Nueva York. Además, sugestivamente, un grupo de ambientalistas de Ecuador logró que la Justicia argentina embargue los bienes de Chevron Argentina por las consecuencias medioambientales que dejó el grupo en el país sudamericano entre mediados de los ’60 y 1990.
Moshiri descartó ayer que esos dos frentes de conflicto puedan condicionar las operaciones de la multinacional en Argentina. “Nada va a impedir el programa”, enfatizó. Al ser consultado sobre la demanda de Repsol, le restó relevancia porque argumentó que Chevron mantiene una relación con YPF desde hace cincuenta años, más allá de quién esté circunstancialmente a cargo de la gestión de la firma. “En cuanto al embargo, es una acción ilícita del gobierno de Ecuador sobre Chevron. Creemos que el gobierno argentino lo va a descartar. Es un tema de abogados que tratan de litigar con quien sea. Creemos que vamos a poder convencer a la Justicia argentina de que lo que se hizo es ilícito, injusto y debe desestimarse”, concluyó.
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