En la Secretaría de Comercio se muestran satisfechos, cumplida la primera semana de vigencia del acuerdo de congelamiento de precios. No sólo por la amplitud de adhesiones logradas (tanto en el número de cámaras sectoriales como en la nómina de artículos incorporados), sino porque la actitud de algunos grupos empresarios grandes y la respuesta que han obtenido a través de la línea abierta para el público dan cuenta de un inicio promisorio. “Se está quebrando la estrategia de los que fogonearon para meter miedo en la gente, haciendo correr versiones sobre de- sabastecimiento o estampidas de precios que estaban al acecho”, se entusiasman en estas horas en el Gobierno, al menos quienes reciben informes a diario de Guillermo Moreno.

El 0800 (teléfono gratuito) que la Subsecretaria de Defensa al Consumidor puso a disposición de los usuarios para recibir denuncias colectó 25 mensajes en los dos primeros días de funcionamiento. Dos eran denuncias concretas, el resto eran consideraciones generales o quejas relativas a determinadas actitudes comerciales, pero sin especificar el inconveniente. De las dos denuncias, una era por discrepancia en los precios de un mismo artículo entre el 1º de febrero y el vigente una semana después, y la otra apuntaba a prácticas desleales de parte de un mayorista del segundo cordón del conurbano. En ambos casos, la Secretaría de Comercio inició el seguimiento y asegura que obligó a corregir precios y conductas. El compromiso es que seguirá con la misma práctica ante futuras denuncias. El teléfono abierto, sostienen, será la herramienta principal para garantizar el éxito del acuerdo.

Es lo mismo que les han hecho saber a los representantes de 23 entidades de consumidores que visitaron la Secretaría el viernes pasado. Más allá del seguimiento que cada entidad haga sobre el comportamiento de precios en los grandes comercios, la recomendación es que induzcan al público a realizar la denuncia por la línea gratuita, sobre la que las autoridades garantizan rápida respuesta.

Un debate interesante que surgió en la reunión con las asociaciones de consumidores fue en relación con el rol de las cadenas de supermercados. Para algunos de los dirigentes presentes, son “el enemigo principal”, los generadores de los aumentos al que hay que combatir. Desde las autoridades de Comercio recibieron una lectura diferente: los supermercadistas son los que están más contentos con el acuerdo. “Dicen que la instalación del tema dinamizó la actividad y confían en que esto se va a reflejar en la venta de bienes durables en las próximas semanas. Además, son los primeros que valoraron la importancia de haber encarado un acuerdo de congelamiento de precios y no la imposición de precios máximos, que es lo que consideran que hubiera distorsionado la actividad”, transmiten desde las filas oficiales a los representantes de usuarios y consumidores.

En los diversos encuentros que se hicieron con empresarios y entidades de consumidores, en estos días rondó siempre la especulación sobre por qué el Gobierno lanzó esta medida ahora. “No hubo temor a una estampida de precios, sino la intención principalmente de cuidar el consumo, sostener las ventas. La fecha se eligió por motivos estacionales, dando una señal en el comienzo del año”, sostienen quienes escucharon de primera mano el debate.

En estos días, también hubo un encuentro en uno de los salones de Diagonal Sur al 600 (Secretaría de Comercio) con industriales de primera línea en productos alimentarios. Allí el hecho llamativo –‘la sorpresa”, califican otros– fue la postura que asumió un directivo de la firma azucarera Ledesma, del grupo Blaquier. “El mercado está totalmente abastecido, y si hubiera alguna necesidad extra en estos 60 días, tenemos stock suficiente para atenderla y asegurar la reposición”, garantizó el representante industrial. No es poco, proviniendo además de un grupo cuya cabeza principal (Carlos Pedro Blaquier) ha quedado seriamente comprometido por los juicios de lesa humanidad y la presunta participación y colaboración en secuestros seguidos de desaparición o muerte en Tucumán.