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La cotización del precio del oro retrocedió ayer 9,3 por ciento en Nueva York, lo que marca su peor desplome desde 1980, para ubicarse en 1361 dólares la onza. La baja, la segunda consecutiva, fue ligada a la divulgación de datos en China que dan cuenta de una desaceleración de dos décimas en el crecimiento de la economía del gigante asiático para el primer trimestre del año, a un 7,7 por ciento, lo que también impactó en el precio de otras materias primas. La baja en el precio del oro, tras más de una década de suba frente al dólar, refleja su puesta en duda como “activo de refugio”, análisis reforzado por la intención de bancos centrales en vender sus tenencias en ese metal. Tal es el caso de Chipre, que anunció su intención de liquidar sus reservas de oro para pagar parte de su plan de rescate.

Los inversores descubren ahora que el precio del oro también está sujeto a los vaivenes económicos, y no solamente al alza. En los últimos doce años mantuvo su escalada frente al dólar. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria de las hipotecas subprime, el metal precioso duplicó su precio. Cada dato negativo de la economía mundial divulgado estimulaba a un nuevo salto en la cotización, bajo el argumento de que el oro retomaba sus funciones de reserva frente a un dólar debilitado. En los últimos meses comenzó a hablarse de burbuja para hacer referencia a la suba del oro, que evidencia las mismas características de activo cíclico que tiene el resto de las materias primas.

En sólo dos días perdió 14 por ciento –más de 180 dólares– de su precio por onza y se ubica en su piso desde marzo de 2011. En septiembre de ese año había superado los 1900 dólares la onza. Desde entonces inició la baja. La tendencia descendente se vinculó con la mejora que registraban los principales indicadores bursátiles. Esa búsqueda de rendimientos es la que, sostienen, lleva a los inversores a vender su oro. La semana pasada, el denominado gurú de los mercados, el magnate George Soros, sostuvo que el oro fue destruido como un activo de refugio, pero espera que las compras continuas por parte de los bancos centrales respalden los precios.

No obstante, los bancos centrales no darán este respaldo, como el caso de Chipre, que utilizaría parte de sus reservas para pagar su plan de rescate. La isla mediterránea baraja desinvertir 10 toneladas de oro de las 14 que atesora, dado que la Comisión Europea y el Fondo Monetario le prestan 10 mil millones de euros y el país reconoce que necesita 23 mil millones. También impacta negativamente el posible retiro de los estímulos por parte de otros bancos centrales.

Los analistas del banco de inversiones Goldman Sachs también revisaron a la baja sus previsiones sobre el precio medio que registrará este año el oro hasta los 1545 dólares la onza, frente a los 1610 que habían calculado anteriormente. Para el Citibank, la caída del oro se debe a que los inversores dan por superada la peor fase de la crisis financiera y está perdiendo atractivo como valor refugio. Por su parte, el Crédit Suisse Group AG aseguró que es improbable que el metal vuelva al record de 2011, de 1921,15 dólares la onza, y hablan de burbuja.