“La relación entre Argentina y Brasil es fundamental, no porque agote en sí misma la integración sudamericana, sino porque sin ella no habrá integración posible. Este proceso debe encararse sin pretensiones hegemónicas, y en cambio sí basarlo en la solidaridad entre los países.” La reflexión pertenece a Marco Aurelio García, asesor presidencial antes de Lula da Silva y ahora de Dilma Rousseff. El pensador brasileño también se refirió al reciente conflicto con la minera Vale, donde el Estado de Brasil tiene un peso importante. “Me pareció un absurdo el comunicado que hizo la empresa. Se trató de una enorme y lamentable desatención, existiendo una propuesta muy aceptable colocada sobre la mesa”, criticó.

Marco Aurelio se presentó en la apertura del seminario “Las crisis internacionales de 2007 y 2009”, organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). Compartieron su panel el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el profesor francés Bertand Badie y el rector Aníbal Jozami. “En medio de la crisis internacional asumimos políticas contracíclicas que supusieron una inversión cercana al 3 por ciento del PBI. El empleo está en el centro de las decisiones del Gobierno, porque estimula la inversión que genera el círculo virtuoso”, dijo Tomada.

Marco Aurelio comenzó su análisis realizando un breve relato del período neoliberal en Brasil, descripción adaptable a la realidad de otros países de la región, como por ejemplo la Argentina. “Durante las dos décadas perdidas, el equilibrio macroeconómico fue elegido con un valor central, a través de políticas monetarias, cambiarias y fiscales muy estrictas. Los resultados son conocidos, ellos querían países chicos y desiguales. En el plano de las relaciones internacionales no buscábamos la inserción, sino ‘relaciones carnales’ con Estados Unidos”, explicó.

“Desde que asumió Lula, el problema de la desigualdad fue elegido como fundamental. La política fue elevar el salario mínimo. En doce años tuvimos aumentos del salario mínimo siempre por encima de la inflación, aumentos reales. También aplicamos programas de transferencias de ingreso vía Estado, como el Bolsa Familia, que permitió que 45 millones de brasileños salieran de la pobreza extrema”, indicó. En relación con el conflicto con la minera Vale, a raíz de la suspensión del proyecto de extracción de potasio en Mendoza, aseguró que “hicimos un esfuerzo grande para encontrar una solución, pero como se trata de un tema que involucra a una empresa privada, el gobierno brasileño no va a participar. Hinchamos desde la tribuna”.

Por su parte, Bertand Badie recordó que “cada tres horas mueren de hambre en el mundo 2800 personas, como si fuera un ataque al World Trade Center. Es una humillación tremenda para esas familias, y principal factor de violencia. Hay que reinterpretar los conflictos del mundo en términos de sufrimiento social”.