Viernes, 3 de mayo de 2013 | Hoy
EL PAíS › LOS PERONISTAS DISIDENTES SE MOSTRARON JUNTOS, PERO NEGOCIAN POR SEPARADO EN CADA DISTRITO
Roberto Lavagna teje una alianza con Mauricio Macri en la Capital Federal. Francisco de Narváez desacuerda con esa estrategia y por ahora no tiene diálogo con el macrismo. José Manuel de la Sota se muestra amplio, pero está lejos de armar una coalición con el PRO.
Por Werner Pertot
La foto de los peronistas opositores en Córdoba tuvo un mensaje explícito al kirchnerismo y otro más soterrado al resto de la oposición. La imagen que mostró unidos a José Manuel de la Sota, Francisco de Narváez, Roberto Lavagna y Hugo Moyano los podría posicionar en un lugar de fortaleza para negociar con el resto. Sin embargo, cuando se discuten los acuerdos provinciales para las elecciones de este año las estrategias no son homogéneas. Lavagna avanza hacia un acuerdo con Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. Están negociando los lugares en las listas, pese a la resistencia de Gabriela Michetti, quien todavía no aceptó ser segunda. En la provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez no avala esa estrategia y la negociación con el macrismo es ardua. De la Sota se mostró amplio y habló de incorporar, incluso, a quienes no son peronistas. Pero, de momento, está lejos de cerrar un acuerdo con el PRO.
La foto de los peronistas disidentes juntos –que incluyó a Luis Barrionuevo, Gerónimo “Momo” Venegas, Claudia Rucci y Jorge Yoma– fue una imagen potente, sobre todo, de cara a los asistentes a los cacerolazos y al reclamo de unidad de los opositores. Al acuerdo ahora intentarán sumar a otros gobernadores, como el de Santa Cruz, Daniel Peralta. Sin embargo, se trata de un espacio donde ninguno de los dirigentes predomina a nivel nacional. “Nadie discute los votos de Macri en Capital, los de De la Sota en Córdoba, los de De Narváez en la provincia de Buenos Aires, pero ninguno está en condiciones de imponerse sobre los demás como el candidato presidencial”, analizaba uno de los estrategas del acuerdo opositor. No hay un líder para gobernarlos a todos.
En ese escenario, los acuerdos por distrito son disímiles. De la Sota quiere ser presidente en 2015 y no se muestra muy propenso a cederle ese lugar a Macri. En Córdoba, de momento, el líder de PRO tiene como candidato al ex árbitro Héctor Baldassi. Los macristas sostienen que mide unos 10 puntos y que esa capacidad de daño en un distrito donde también compite el radical Oscar Aguad hará recapacitar a De la Sota. En Santa Fe, tiene a Miguel Del Sel y no se proponen negociar con los hombres de la foto sino con Carlos Reutemann. Mientras siguen los acuerdos locales, todos hablan de un frente nacional que, de momento, no existe.
El acuerdo de los peronistas opositores le podría imponer condiciones de negociación más estrictas a los armadores del PRO, que buscan un frente nacional que incluya a los peronistas disidentes, pero que no termine allí (un ejemplo es Tucumán, donde están acordando con la UCR). Tal vez por eso ayer las principales espadas del PRO reaccionaron con cautela.
“Nosotros nos vemos lejos. La estrategia del PRO es distrital, en cada provincia el frente electoral puede ser diferente”, desestimó el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, la posibilidad de una negociación en bloque. “Se trató de un encuentro peronista”, estimó Monzó para explicar la ausencia de Macri en la foto. Monzó aclaró que el acuerdo en Capital “es con Lavagna” y que no incluye a los demás. Traducción: no habrá lugares en las listas para ellos.
“Se trata de acciones de integrantes de otro espacio con el que tenemos una excelente relación”, definió el presidente del PRO Humberto Schiavoni, quien estimó que el Peronismo Federal “no es un partido nacional”. Uno de los armadores macristas destacó que el PRO “existe en veinte distritos. Ellos, a lo sumo, en cinco”. La opinión funciona en espejo por parte de los peronistas: no le reconocen demasiado éxito electoral al PRO fuera de la General Paz.
Macri impulsa un acuerdo electoral con Lavagna, incluso contra las resistencias internas que tienen como epicentro a Gabriela Michetti. La ex vicejefa le reclamó que tengan una negociación sobre los lugares en las listas y de cargos en el gobierno porteño antes de aceptar ser la segunda de Lavagna en la lista de senadores. A su iniciativa se sumaron Federico Pinedo y otro grupo de dirigentes que le plantean a Macri que darle una victoria a Lavagna puede no ser la mejor idea. Es posible que se convierta velozmente en un contrincante presidencial.
Pero los estrategas macristas siguen con luz verde para cerrar un acuerdo con Lavagna. La negociación, en este punto, está centrada en discutir los lugares en las listas. Lavagna reclama un lugar dentro de los primeros tres de la boleta de diputados. Lo ocuparía Rodolfo Gil, ex embajador argentino ante la OEA. Los macristas se reservan la cabeza de la lista de diputados, que sería para el rabino Sergio Bergman. También estudian la posibilidad de que ocupe ese lugar Federico Sturzenegger y deje la presidencia del Banco Ciudad. Una tercera posibilidad es que ese lugar sea para Rogelio Frigerio, a quien Lavagna ve con buenos ojos porque quiere al MID dentro del acuerdo electoral. Frigerio también podría ir al Banco Ciudad si el elegido es Sturzenegger, quien por estos días no tuvo mejor idea que proponer una devaluación del 40 por ciento.
En el resto de la lista, se alternarían en menor medida otros hombres de Lavagna con los macristas. Hay una importante cantidad de diputados del PRO que debe renovar, de los que varios van a quedar afuera. Entre ellos, corre con ventaja la diputada favorita de Daniel “El Tano” Angelici: Laura Alonso renovaría gracias a su estrategia de comunicación con la que le disputó el sitial opositor a Elisa Carrió. La discusión con Lavagna sigue en la lista de legisladores porteños, donde el ex ministro pide un lugar entre los primeros diez, seguido del puesto 14 y el 17. Allí podría intentar ubicar al gremialista judicial Julio Piumato, aunque los estrategas macristas aclararon que no hay lugar en la lista para dirigentes de Moyano. A cada minuto, cerca de Lavagna aclaran que él no será candidato del PRO, sino de un frente al que el PRO apoyará.
“El Colorado se siente fuerte. No la tenemos a Gabriela en provincia. Se siente que puede negociar fuertemente. Pero sería un papelón que no fuéramos todos juntos”, abren el paraguas los macristas. En el coqueto bunker de Las Cañitas sonríen y esperan. “No hay negociaciones”, es la respuesta oficial sobre la ausencia de conversaciones entre Francisco de Narváez y el PRO. Sólo hay diálogo entre las segundas líneas.
La hora de la negociación no llegó pero, si se da, De Narváez le reclamará a Macri lo que no le entregó en 2011: lugares en las listas porteñas. Hace dos años el acuerdo entre los dos empresarios fracasó por la negativa de Macri a ceder lugares en las boletas.
Con una sonrisa que no se borra, los denarvaístas recuerdan los fallidos intentos del PRO por reemplazar al candidato bonaerense. “Primero era Michetti, luego fue el bluff de que Macri renunciaba e iba a provincia, luego probaron con Carlos Melconian, ahora Gustavo Posse dice que va a renunciar a la intendencia para ser diputado”, describen. El escenario lo deja al Colorado en una posición inmejorable para negociar. “No hay negociaciones. Falta mucho tiempo”, insisten en su entorno. La fecha límite es el 11 de junio. “Lo de Lavagna va a ser disparador de acuerdos en otros lados”, se esperanzan los macristas. Mientras tanto, los peronistas disidentes siguen haciendo su propio juego.
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