El Banco Central puso un tope al financiamiento que los bancos locales pueden destinar a las grandes empresas exportadoras. La decisión busca garantizar que las principales compañías cerealeras vuelvan a prefinanciar sus ventas externas a través de créditos internacionales en dólares. El mecanismo utilizado hasta el año pasado representa una fuente de ingreso de divisas que se redujo. Hace un mes, Ciara, la cámara que nuclea a las exportadoras de cereales, se comprometió con la banquera central, Mercedes Marcó del Pont, y el secretario de Política Económica, Axel Kicillof, a recomponer ese canal. La llegada de dólares provenientes de las líneas de financiamiento al mercado cambiario aliviarían tensiones sobre las reservas. El acuerdo informal no presentó el ritmo esperado. Durante octubre ingresaron menos de 300 millones de dólares por esa vía, la mitad de lo estipulado para el mes. Por eso, el equipo económico decidió implementar la regulación para limitar los créditos que los bancos otorgan a esas firmas.

Durante 2013 las cerealeras comenzaron a captar financiamiento en pesos para operaciones que antes se fondeaban con créditos del exterior, fundamentalmente prefinanciaciones de exportaciones. El cambio en la estructura de cobros de esas exportaciones retrasó la liquidación de divisas del sector. La magnitud de la caída llega a 2000 millones de dólares. La ausencia de esas divisas, que hasta el año pasado eran incorporadas por el Banco Central, generó mayores presiones sobre las reservas. A su vez, los préstamos en pesos por una cifra cercana a 11 mil millones de dólares tomados en el sistema bancario “generaron una concentración en el mercado de crédito en pesos y desplazaron a potenciales tomadores de financimiento en moneda local”, advirtieron desde la entidad que conduce Marcó del Pont.

Para aliviar las tensiones sobre el sector externo reflejadas en la caída de reservas que generan la reducción del superávit comercial, los requerimientos de divisas para importar energía, la creciente demanda de dólares para viajes al exterior y el sostenimiento de la política de desendeudamiento, el Gobierno tomó un conjunto de medidas paliativas. Entre ellas figura el crédito con el Banco Mundial y el acuerdo con cinco empresas demandantes en el Ciadi, el tribunal arbitral del organismo, para pagarles con bonos en dólares sus reclamos.

Como parte de esa estrategia, el equipo económico convocó a las cerealeras para que recompongan las líneas de financiamiento en el exterior. Argumenta que las empresas tienen muchas facilidades para acceder a esas líneas en cualquier banco. Marcó del Pont y Kicillof obtuvieron un compromiso de palabra de la cámara, pero no se cumplió. En la reunión con los empresarios, los funcionarios advirtieron que si las empresas no reducían voluntariamente su deuda en pesos y tomaban nuevamente prefinanciamiento en dólares, el Banco Central lo haría de manera compulsiva.

Ayer, la entidad aprobó una norma que establece que los bancos deben mantener un tope de su capacidad prestable para destinar a grandes firmas exportadoras. Las entidades locales sólo podrán brindar créditos en pesos a esas firmas por una cifra equivalente al 0,3 por ciento de su capacidad prestable, lo que hoy representa alrededor de 1900 millones. Cuando venzan los créditos, los bancos locales deberán evaluar a quién le renuevan los préstamos. Para evitar que la decisión afecte a otros sectores, el BCRA aclaró que la medida alcanza a las empresas que exportan el 75 por ciento o más de su producción y a la vez tienen un saldo de deuda en pesos no menor a 200 millones. Se trata fundamentalmente de empresas como Bunge, Cargill, Dreyfus, Nidera, AGD y Molinos, entre otras.

“El mayor uso del crédito internacional por parte de las cerealeras contribuirá a liberar capacidad prestable del sistema financiero, mejorando así el acceso al crédito a pymes. Además, mejorará la capacidad del BCRA para administrar su política cambiaria y la utilización de sus reservas”, expresaron desde el equipo de la banquera central.