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Las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) van a continuar como instrumentos de administración comercial, aunque la intención es que ese sistema funcione de manera más automática, sin la necesidad de evaluar cada solicitud. Esa es la idea del nuevo equipo económico. El ministro Axel Kicillof y el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, recibieron ayer por primera vez al sector metalúrgico nucleado en Adimra. Mientras tanto, operadores de Aduana e importadores registran un parate importante en la aprobación de solicitudes, a raíz del reacomodamiento de la secretaría. Los funcionarios ratificaron la continuidad de la protección comercial a los “sectores sensibles”.

“Fue una reunión de presentación. Encontramos respuesta en nuestras inquietudes en relación con la necesidad de contar con un comercio administrado inteligente, entendiendo la situación tanto de los sectores sensibles como de la necesidad de la industria de tener los insumos no producidos”, indicó a este diario Gerardo Venutolo, titular de Adimra, quien asistió al encuentro junto a Juan Carlos Lascurain.

El tema central de la reunión fue la gestión de las importaciones. Es que el sector depende tanto de la protección a las importaciones para sobrevivir como del flujo de insumos, partes y piezas, que en muchos casos provienen del exterior, para seguir produciendo. Kicillof y Costa aseguraron que el criterio que hasta ahora primó de protección a la industria nacional continuará a través de las DJAI. Este diario pudo averiguar que la intención es pasar de un sistema que era casi personalizado, manejado por Guillermo Moreno, a un esquema con mayor nivel de informatización, que agilice las importaciones necesarias y que no dañe el tejido industrial local.

Los metalúrgicos, sobre el final de la gestión Moreno habían acordado entre productores e importadores en una serie de sectores qué operaciones podrían validarse de antemano. Esos convenios, dijo ayer Costa, podrían quedar en pie en la nueva gestión. Los pedidos de importación por ahora están frenados, advierten empresarios y admiten en el Gobierno.