ECONOMíA
La Argentina y su Presidente, bajo la atenta mirada de los organismos
El titular del FMI resaltó el rol de “liderazgo” de Kirchner al argumentar en favor del acuerdo. El Banco Mundial, en cambio, reclamó acelerar la renegociación de los contratos.
El protagonismo de Néstor Kirchner trasciende las fronteras. Al menos, sus movimientos y las características de su personalidad son seguidos con atención por los organismos de créditos internacional, pocos acostumbrados en Argentina a encontrarse con mandatarios que los contradigan. Horst Köhler, titular del Fondo Monetario, realzó ayer la figura del primer mandatario. “Decidí que debíamos dar un paso adelante debido a que su liderazgo (de Kirchner) parece ser sincero”, enfatizó el dirigente desde sus oficinas de Washington justificando el apoyo a la Carta de Intención firmada la semana pasada. El gobierno francés, que se había mostrado muy duro en las negociaciones, también fue elogioso del convenio entre la Argentina y el FMI, sumándose a la buena cosecha política de Kirchner en los últimos días. En cambio, el Banco Mundial se erigió en vocero de las empresas privatizadas y ayer reclamó mayor celeridad en las renegociaciones de contratos que, desde su punto de vista, deberían desembocar en un ajuste de tarifas.
Más que reparar en un elogio al jefe de Estado argentino, las declaraciones de Köhler parecieron estar destinadas a los directores del organismo, con quienes se reunirá el fin de semana en Dubai para analizar el caso argentino. Se sabe que entre los directores del Fondo existen reparos al convenio con la Argentina. El contexto que rodeará esa cita, en el marco de la convención anual del FMI y el Banco Mundial, será el insistente reclamo para que Kirchner aumente las tarifas de los servicios públicos. El BM volvió ayer sobre el tema. La petición corrió por cuenta de Peter Woike, vicepresidente ejecutivo de CFI, el brazo financiero del Banco Mundial. Woike fue claro: “Quisiera que el país hiciera un esfuerzo para avanzar un poco más rápido” en las renegociaciones de los contratos de las privatizadas. Los organismos internacionales son claros defensores de que esas renegociaciones desemboquen en aumentos tarifarios.
Al respecto, el funcionario del Banco Mundial hizo sonar una alarma sobre lo que podría suceder en caso de que no se produjeran esos retoques. “Sería una lástima que (el Gobierno) tuviera que hacerse cargo de las empresas nuevamente”, disparó. Luego completó: “Los inversores (las empresas concesionarias) están desencantados con el lento avance de la renegociación”. Desde la perspectiva del funcionario del Banco Mundial, así como los empresarios y los banqueros “cedieron en algo” durante la crisis, entonces “el gobierno debería avanzar en el tema de la reestructuración de las empresas de servicios públicos”.
Horst Köhler, por su parte, formuló declaraciones al influyente diario de negocios británico Financial Times. Durante la entrevista dio cuenta del acuerdo alcanzado hace algunos días con el gobierno argentino. Al comentarlo, el director-gerente reveló que el pacto no lo dejó del todo conforme. “Existe un contenido estructural en el programa. Nos hubiera gustado que fuera más preciso, pero debíamos poner en la balanza si quedarnos fuera o seguir adelante”, señaló. “Decidí que debíamos dar un paso adelante debido a que su liderazgo (el de Kirchner) parece sincero”. Y remató: “Tomamos un riesgo, pero creo que podemos justificarlo”.
La Carta de Intención fue consensuada entre el gobierno argentino y el staff del Fondo, pero aún resta la aprobación del directorio, integrado por representantes de los países del G-7. El trámite, que debería ser sólo formal, tendrá en este caso un fuerte condimento político, ya que varios puntos reclamados por países europeos socios del FMI quedaron afuera del acuerdo. Entre estos figuran el aumento de las tarifas de los servicios públicos, la pauta de superávit fiscal para los años 2005 y 2006 y la compensación a los bancos por los amparos otorgados al tipo de cambio libre.
Mientras los europeos hicieron fuertes reclamos para que el Gobierno subiera las tarifas y diera los amparos, Estados Unidos jugó muy fuerte a favor de un acuerdo rápido. Aun cuando quedasen pendientes algunas pautas, Köhler negó haberse inmiscuido en esas peleas. “Sería una tontería”, respondió. Y en un momento donde existe una mirada crítica sobre laperformance del organismo y su responsabilidad en las distintas crisis, el dirigente alemán comentó que “necesitamos definir políticas que demuestren que podemos salir adelante”.
Por su parte, y lejos de las críticas anteriores, el ministro de Finanzas francés, Francis Mer, fue muy elogioso de la Argentina. “Este programa a mediano plazo (con el FMI) contribuirá a consolidar y prolongar la reactivación observada desde finales de 2002”, pronosticó.