Los primeros desembolsos provenientes del acuerdo de conversión de monedas (swap) firmado en julio último entre el Banco Central y el Banco Popular de China se contabilizaron esta semana en el stock de reservas, confirmaron a Página/12 fuentes oficiales. Esta situación se reflejó con claridad en el sostenimiento del stock de reservas a partir del martes de esta semana. Pese a que el organismo realizó desde ese día pagos a organismos internacionales y desembolsos por importación de energía por unos 150 millones de dólares, a lo que se sumaron otros 50 millones en ventas en el mayorista, las reservas se incrementaron en ocho millones de dólares hasta los 28.268 millones con los que cerró ayer. Si bien la llegada de los primeros yuanes del swap no implicó una suba sostenida de las reservas, permitió –tal como se buscaba– detener su caída. El dólar avanzó ayer un centavo, a 8,44 pesos, mientras que en el segmento paralelo, con escasos negocios, se mantuvo en 15 pesos.

La intervención del Central en el mercado de cambios finalizó ayer con un saldo vendedor de 10 millones de dólares, a lo que se sumaron otros 90 millones por pago de energía y a organismos. No obstante, el stock de reservas se incrementó en un millón (28.268 millones). Esta situación fue una constante desde el martes. El lunes la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega compró 60 millones. “Empezó a gotear el swap chino”, reconoció una fuente oficial. De esta manera, quedó activado formalmente este mecanismo por un primer tramo equivalente a 700 millones de dólares, dentro del paquete de hasta 11 mil millones.

El swap de divisas implica una compraventa simultánea de una moneda por otra, con el compromiso futuro de revertir la operación en doce meses a una tasa de entre 6 y 7 por ciento y compensar las diferencias de cotización. Esta herramienta se utiliza para financiar eventuales desbalances financieros y para cubrir las posiciones en moneda extranjera de inversores. El arribo de estos desembolsos oxigena las reservas mientras retacea la liquidación de los exportadores de granos, quienes redujeron a un tercio el habitual ingreso de divisas en esta época. La situación se complica todavía más si se toma en cuenta la fuerte caída en el precio internacional de la soja, que opera a 350 dólares la tonelada para noviembre próximo.

El Central emplazó –a través de una circular– a los exportadores a ponerse al día en todas las operaciones atrasadas que deban liquidar bajo la amenaza de que, si no lo hacen, se les pagará la cotización más baja por cada dólar vendido, en la línea de tiempo que va desde la fecha de vencimiento original de la operación y hasta el momento de venta de las divisas. Según explicaron desde el organismo, las cerealeras están pagando las multas cuando el período supera los tres meses, pero reconocen que algunas prefieren pagar el tributo y mantener el acopio de los granos, por lo que el efecto que puedan tener esas sanciones para acelerar la liquidación puede ser limitado.

En el paralelo, la presencia de controles oficiales mantuvo casi sin operaciones a las cuevas. El blue finalizó en 15 pesos, luego de haber tocado esta semana el techo de los 15,10. En el mercado de futuros, el Central vendió posiciones a fin de mes a 8,47 pesos y diciembre a 9,07. En la Bolsa porteña, las acciones líderes avanzaron 0,4 por ciento y entre los títulos públicos se destacaron las subas de los bonos Discount (3,5 por ciento) y PAR (4,0). Por su parte, los cupones atados al PBI avanzaron hasta 4,0 por ciento.