En un escenario de relativo pesimismo económico y caídas en el nivel de actividad, el nivel de empleo registrado en el sector privado se mantiene estable. Esa conclusión se desprende del último informe de empleo del Ministerio de Trabajo, elaborado en función de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) correspondiente a septiembre. Dicha encuesta se realiza desde 1996 y releva la situación de 2300 empresas en ocho centros urbanos. La información que produce, por lo tanto, es robusta, aunque no abarca a los no registrados, que explican un tercio de los asalariados. Según la EIL, no hay más despidos que en años anteriores, sino que bajaron las incorporaciones al punto de equiparar a las desvinculaciones (motivadas por varias causas). El resultado es que el empleo no crece pero tampoco cae.

La variación del empleo en septiembre frente a agosto fue del 0,1 por ciento, y del cero por ciento en la comparación interanual. “En el último año, pese a la desaceleración del intercambio comercial a nivel mundial y de las economías de una gran cantidad de países, en Argentina se sostuvo el nivel de empleo registrado en las empresas privadas”, plantean desde la cartera laboral. La situación igualmente registra cierto grado de heterogeneidad. El empleo creció en forma mensual en servicios comunales, sociales y personales (0,6 por ciento), servicios financieros y las empresas (0,3). Quedó estable en construcción y la industria manufacturera, al tiempo que bajó en transporte, almacenaje y comunicaciones (-0,2) y en comercio, restaurantes y hoteles (-0,3).

En declaraciones a los medios de comunicaciones, algunos empresarios, sindicalistas opositores al Gobierno y analistas económicos advierten que existen despidos extendidos, horizontales a la economía nacional. Sin embargo, en el sector privado registrado, según la IEL, la situación difiere de aquel panorama. La tasa de despidos de personal en relación con el empleo total fue de 0,7 por ciento en septiembre. Es igual a la registrada en 2005, 2007, 2009 y 2012 y 0,1 punto porcentual menor a 2006, 2008, 2010 y 2011. “El actual nivel de despidos es el esperable para esta época del año”, indica el informe oficial. Fuentes oficiales interpretaron que “hay una actitud de cautela por parte del sector empresario, como si hubiera aprendido de las crisis que la Argentina tuvo en el pasado. Buena parte de esa decisión empresarial tiene que ver con el impacto sobre las expectativas que tuvo el tema de los fondos buitre”.

La cautela no refiere solamente a la falta de despidos, sino también a las incorporaciones, variable que sí refleja la actual situación de inestabilidad económica. Pese a que la tasa de entrada, que refleja las incorporaciones de personas que realizan las empresas con respecto a su dotación es positiva, su nivel comparado con años anteriores es bajo. No se modificó mucho el grado de desvinculaciones, que incluye no sólo a los despidos, sino también las renuncias, jubilaciones y finalización de contratos a tiempo determinado, entre otros. Como las salidas se mantienen, pero las entradas cayeron, se deterioró la generación de empleo con respecto a años como 2011, 2010, 2008 y los anteriores.

En cuanto a las suspensiones, la EIL informa que la cantidad en relación con el empleo total creció apenas 0,1 punto porcentual frente al año pasado. Las suspensiones en septiembre afectaron a sólo el 0,5 por ciento del total del empleo registrado, mientras que el porcentaje de empresas que aplicaron ese tipo de medidas alcanza al 6 por ciento de las encuestadas. “Las suspensiones de mitad de año fueron claramente una reacción exagerada de los empresarios, una sobreactuación poco vinculada con la situación objetiva en las compañías”, interpretaron desde Trabajo.

Un hecho que refleja la estabilidad laboral es que no crecieron sustancialmente los pedidos para acceder al Repro, programa a través del cual el Ministerio de Trabajo subsidia una parte del salario de los trabajadores que se desempeñan en empresas con problemas. Desde agosto, cuando el Gobierno amplió el monto del subsidio de 1500 a 2000 pesos y extendió la vigencia máxima del programa, pasó a proteger la situación salarial de 45 mil asalariados, cuando antes estaba en 35 mil. En 2009 había llegado a 145 mil casos.