ECONOMíA › EDUARDO DUHALDE INTENTO CALMAR LOS ANIMOS EN UNA HISTERICA JORNADA CAMBIARIA
“Quienes compraron a 2,50 van a perder”
El Presidente acarició peligrosamente la recordada frase “El que apuesta al dólar, pierde” del ministro Sigaut, quien rompió la nefasta tablita de Martínez de Hoz. Los exportadores están reteniendo divisas, al tiempo que hay más pesos circulando que presionan sobre el dólar.
Por Claudio Zlotnik
”A los que compraron dólares a 2,50 les digo que desgraciadamente perdieron plata”, sentenció ayer Eduardo Duhalde sin prestar atención a la frase que hace 21 años hizo inolvidable al entonces ministro Lorenzo Sigaut. Al igual que Duhalde, desesperado frente a las circunstancias, el ex ministro de Economía de la dictadura intentó vanamente calmar la corrida a favor del dólar afirmando “el que apuesta al dólar, pierde”. Duhalde no dijo en qué se basaba para presumir que su suerte será distinta a la de Sigaut. Lo cierto es que el dólar cerró a 2,48 pesos en las casas de cambio –record desde la salida de la convertibilidad– a pesar de la intervención de última hora del Banco Central.
La imparable suba del dólar tendrá seguramente un nítido impacto en los precios. Intimamente ligado a éste, también provocará agitaciones políticas. El propio Duhalde aseguró que, pese a que es un organismo autárquico, “por decisión de política económica”, el Banco Central tiene la orden de intervenir en el mercado cambiario. “Al dólar tenemos que controlarlo. Es hora de que (el Central) vaya interviniendo para mantenerlo en márgenes que sean más adecuados”, reclamó el jefe de Estado. A tono con las declaraciones del Presidente, desde el Palacio de Hacienda también se muestran inquietos. “Hay mucho fastidio porque el Central no interviene para bajar al dólar. No utiliza los 5000 millones de dólares que dispone”, señaló una alta fuente de Economía a Página/12, dando cuenta del enojo con Mario Blejer, titular del Central.
Frente a la disparada del dólar, Blejer prefirió mostrarse despreocupado. “El mercado cambiario se va a normalizar cuando los exportadores y los importadores operen con los volúmenes esperados”, dijo el funcionario frente a los legisladores de la Comisión de Finanzas de Diputados (ver aparte). En verdad, lo que Blejer y el Gobierno esperan es que los exportadores dejen de retener divisas y las ingresen al país. Si bien Jorge Remes Lenicov acordó hace un mes con las exportadoras que liquidarían sus dólares en los bancos locales, estos grandes conglomerados se vienen resistiendo, a la espera de una suba mayor del dólar. Y aducen que el Gobierno incumple su parte del acuerdo al no pagarles la deuda que tienen de IVA. En tanto, técnicos del Banco Central explicaron a este diario que el alza de la moneda estadounidense obedece a la reducida oferta de dólares aunque aguardan que la situación se modifique. “Los exportadores no traen los dólares porque especulan con que la suba continuará. Pero lo cierto es que en un par de semanas estarán apremiados porque tendrán que financiar la nueva campaña”, se entusiasmaban.
Además de ausencia de los exportadores existe otra explicación para la suba del dólar: la flexibilización del corralito. Desde que se liberó el tipo de cambio, el drenaje de pesos desde los bancos alcanzó a 5 mil millones. Gran parte de ese dinero sirvió para comprar dólares, presionando sobre su precio.
Ayer volvieron las aglomeraciones y las largas filas a la city. Frente a las casas de cambio se llegaron a formar colas de hasta 150 metros y demoras de más de dos horas para comprar billetes verdes, como ocurrió en el Banco de Corrientes que durante toda la tarde vendió dólares unos centavos más abajo que el resto. Los valores máximos en las pizarras aparecieron poco después de las tres de la tarde. La mayoría de las agencias ofrecía dólares a 2,50. Cerca del final de la jornada, el BC intervino para enfriar el mercado. Habría utilizado unos 30 millones de dólares, señalaron a este diario fuentes de la city. Pero el resultado fue pobre: el dólar billete en casas de cambio bajó apenas de 2,50 a 2,48 pesos mientras que en el “transferencia” cayó de 2,44 a 2,40 pesos. Los pequeños ahorristas no fueron los únicos ansiosos por escapar del peso. Según pudo saber este diario, hubo bancos que estuvieron activos adquiriendo dólares. A esta altura, con el peso por debajo del real (la moneda brasileña terminó en 2,34 por dólar), en el propio Gobierno temen que si una ayuda del Fondo Monetario no llega rápidamente será muy difícil, casi imposible, detener la espiral alcista del dólar. Su trepada no haría más que disparar la inflación.
Lo peor para el Gobierno es que no existe ninguna señal de que el socorro de los organismos internacionales vaya a concretarse, al menos en el futuro cercano. Por ahora no alcanzaron los ruegos oficiales para que se destrabe esa ayuda considerada esencial. Según pudo saber Página/12, en el Tesoro estadounidense y en el FMI coinciden en que el crédito se otorgará sólo en caso de que el Gobierno encare un fuerte ajuste de gastos en las provincias y plasme un Presupuesto más creíble. Caso contrario, crecen las chances de que no se preste la ayuda requerida y, en medio del caos, se potencie la inflación y la suba del dólar. En ese caso, analizan funcionarios del Fondo, la hiperinflación licuaría parte del gasto público al dejar retrasado el ajuste salarial de los estatales con respecto a los precios. Según la óptica fondomonetarista, recién bajo esa situación la Argentina estaría en condiciones de presentar su nuevo plan para el crecimiento.
Mientras tanto, el Banco Central presentará hoy alternativas de inversión para tentar a quienes hasta ahora prefirieron refugiarse en los dólares. Se tratan de 100 millones de pesos en Letras (una nominada en dólares y otra en pesos) a siete días de plazo. Las tasas de interés que devengarán recién se conocerán esta tarde. En el Gobierno cruzan los dedos para que el experimento, que cuenta con la venia del FMI, tenga éxito, el dólar baje, y salgan perdiendo los que compraron a 2,50.