ECONOMíA › MISION DE BIELSA EN CHINA PARA INCREMENTAR EL COMERCIO
Acortando caminos al Extremo Oriente
El principal objetivo de la misión de la Cancillería a Pekín es abrir el mercado chino a productos de alto valor agregado.
Escoltados por una comitiva de empresarios locales, el canciller Rafael Bielsa y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, se reunieron ayer en Pekín con funcionarios de China. El confeso propósito de esa misión es aceitar el ingreso de productos locales a uno de los mercados más codiciados del mundo por su envergadura, en particular, desde que esa nación asiática ingresó a la Organización Mundial de Comercio y se comprometió a profundizar la apertura. Las posibilidades no son pocas y muchas firmas locales se entusiasman con los números de sus proyectados negocios. Entre ellas Techint, el proveedor argentino por excelencia de productos siderúrgicos a ese lejano destino.
Según informó desde allá Bielsa, se inaugurará en esa capital una agregaduría agrícola, al tiempo que la delegación argentina dio un paso decisivo con miras a la apertura de ese mercado asiático, al encaminar las tareas para la firma de un protocolo sanitario entre ambas naciones. Este documento podría agilizar el ingreso de los cítricos argentinos, que suelen demorarse por la imposición de las denominadas barreras paraarancelarias. De acuerdo con el análisis de Cancillería, esa apertura permitiría aumentar las colocaciones en aquel mercado por unos 150 millones de dólares en un año.
Otro de los renglones con buenas perspectivas es el del acero, fundamentalmente tubos sin costura para la industria petrolera de ese país. Un bien que hoy provee Siderca, siderúrgica del holding Techint. “El comercio entre la Argentina y China ha crecido un 140 por ciento en lo que va del año, y este viaje junto a empresas de primera línea debería consolidar esa tendencia”, se ilusionó ayer Redrado al término de un encuentro con la canciller Ma Wiuchong.
Ese cónclave fue el ámbito propicio para la formulación de reclamos mutuos. Los productores locales de glifosato, un químico utilizado en la producción de soja, se quejaron de que a la Argentina ingresa ese bien importado de China a precio de dumping. Como contrapartida, la ministra asiática planteó que era necesario achicar la brecha del comercio bilateral, hoy deficitaria para su país en más de 1500 millones de dólares.
China es el quinto cliente de la Argentina, detrás de la Unión Europea, Brasil, el Nafta y Chile. En el período enero-septiembre de este año, las exportaciones a ese destino sumaron 1983 millones (lo que significa un 118 por ciento anual), mientras que las importaciones totalizaron 448 millones (una suba del 99 por ciento), con un saldo comercial positivo de 1535 millones. En ese lapso, el mayor dinamismo de las ventas a China se observa en grasas y aceites, que crecieron un 211 por ciento, y en semillas oleaginosas, con una suba del 144 por ciento en un año. Estos dos renglones representan en conjunto un 86 por ciento de las ventas a ese destino.
Según concluye un trabajo de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, la Argentina tiene una lista importante de productos exportables que China demanda en el mercado internacional. Entre otros rubros con “potencialidad” exportadora se encuentran los químicos, los siderúrgicos, las máquinas mecánicas y eléctricas, y los filamentos sintéticos. Ese país asiático, a su vez, le vende a la Argentina básicamente manufacturas industriales. Justamente los mismos bienes que el gobierno local identificó como potencialidades para que los productores chinos aumenten sus ventas a este territorio.
Desde la fallida cumbre de la OMC en Cancún, los dos países integran el bloque denominado como “G-20”, aquel que resiste discutir en el ámbito de esa organización multilateral cualquier concesión en la medida en que no se avance en el desmantelamiento de los subsidios agrícolas, tema que le interesa tanto a la Argentina como a China.