Jueves, 28 de enero de 2016 | Hoy
ECONOMíA › OPINIóN
Por Fernando Krakowiak
El gobierno de Mauricio Macri actualizó ayer los precios de referencia estacionales de la potencia y energía en el Mercado Eléctrico Mayorista. La resolución contempla un ajuste de casi 300 por ciento en el valor que las distribuidoras les deberán pagar a las generadoras a partir del lunes. Ese aumento impactará de lleno en las facturas que abonan los usuarios de todo el país y en el caso de Edesur y Edenor la suba será todavía mayor porque aún resta definir la recomposición del valor agregado de distribución que terminará de darle forma al tarifazo que se viene. Pese a la relevancia del tema, la norma que les abre la puerta a los aumentos apareció ayer perdida en la página 19 del Boletín Oficial y ningún funcionario del Ministerio de Energía consideró relevante salir a explicarle a la población lo que se había decidido.
En los considerandos de la resolución 6 firmada por Juan José Aranguren se afirma que “el abandono de criterios económicos en la definición de los precios del Mercado Eléctrico Mayorista distorsionó las señales económicas, aumentando el costo de abastecimiento, desalentando la inversión privada de riesgo dirigida a incrementar eficientemente la oferta y restando incentivos al ahorro y el uso adecuado de los recursos energéticos por parte de los consumidores”. En otras palabras, el aumento de tarifas supuestamente alentará a partir de ahora la inversión y restringirá el consumo eléctrico de las familias.
La primera es una apuesta de mediano plazo demasiado incierta si se toman en cuenta los antecedentes de las empresas. De hecho, en la década del ‘90 las distribuidoras tenían sus ingresos dolarizados e indexados y eso no impidió que en febrero de 1999 la falta de inversión de Edesur derivara en un gigantesco apagón que dejó sin servicio a 150 mil viviendas de la Ciudad de Buenos Aires durante once días. Para que las empresas inviertan la rentabilidad es necesaria, pero no suficiente. También se requiere que el regulador haga cumplir la ley, algo que se dificulta un poco cuando los vínculos con el regulado se multiplican. En ese sentido, la oficialización ayer de Juan Garade y Ricardo Sericano como vocales del ENRE no es un dato alentador, ya que Garade trabajó casi once años como director de Planificación, Control y Regulación de Edesur (marzo 2001-mayo 2012) y otros cinco como gerente de Planificación Económica de Edenor (octubre 1992-marzo 1998), mientras que Sericano fue gerente de Edenor desde septiembre de 1992 hasta agosto de 2010.
Lo que sí es seguro, en cambio, es que el tarifazo restringirá el consumo de luz en los hogares. La esperanza del Gobierno es que las facturas que empiecen a llegar en breve ayuden a poner de moda el ventilador, dejando el aire acondicionado como un recuerdo de un pasado mejor.
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