Jueves, 28 de enero de 2016 | Hoy
EL MUNDO › DíA INTERNACIONAL DE CONMEMORACIóN DEL HOLOCAUSTO
Por Ben Lynfield *
El criminal de guerra nazi Adolf Eichmann rogó por su vida en una carta al presidente de Israel, dos días antes de su ejecución, muestran los documentos recientemente publicados.
Escribió que había sido “obligado” a servir como un instrumento de los líderes más poderosos quienes, dijo, cargaban la verdadera responsabilidad por el Holocausto. La carta manuscrita en alemán al presidente Yitzhak Ben-Zvi, de fecha 29 de mayo de 1962, fue dada a conocer ayer, coincidiendo con el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto y el 55 aniversario del juicio en Jerusalén.
Eichmann supervisó la concentración de millones de judíos de Europa del Este en ghettos y su transporte junto con la de judíos de otras partes de Europa a los campos de exterminio. Sin embargo, en su carta, como en el juicio, insistió en que no tenía ninguna responsabilidad. “Detesto como el mayor de los crímenes de los horrores que se cometieron contra los judíos y me parece bien que los iniciadores sean sometidos a juicio”, escribió.
“No obstante, hay una necesidad de trazar una línea entre los líderes responsables y las personas que como yo fueron obligadas a servir como meros instrumentos en manos de los líderes. Yo no era un líder responsable y como tal no me siento culpable”, añadió. Eichmann había sido secuestrado por agentes de inteligencia israelíes de Argentina en 1960, donde vivía como fugitivo.
En su carta pidiendo clemencia, entre una serie de otros documentos originales del juicio dados a conocer ayer, Eichmann mantuvo que él tenía un alto rango suficiente para ser considerado “un perseguidor en la búsqueda de judíos” y que estaba mal verlo como “la fuerza conductora, celosa” en este respecto. Si hubiera sido así, según él, habría sido promovido y recibido otros premios.
Afirmó que él se había postulado para un traslado de su trabajo después de que fue testigo del “horror” que se estaba perpetrando. “También es incorrecto que nunca fui influenciado por las emociones humanas. Específicamente bajo la impresión de horrores indescriptibles que presencié, inmediatamente pedí un traslado a un puesto diferente”, escribió. Eichmann añadió que se le debía dar crédito por “revelar por mi propia voluntad durante la investigación policial los horrores que hasta entonces se desconocían para ayudar a establecer la indiscutible verdad”.
Los cinco hermanos de Eichmann, Emil Eichmann, Irmgard Molnar, Otto Eichmann, Frederick Eichmann y Robert Eichmann también escribieron una apelación al presidente Ben-Zvi. “Podemos decir con convicción que los impulsos de nuestro hermano no entran en conflicto con los principios éticos de orden social”, escribieron. “Es sólo por la obligación de su juramento como oficial que se sentía obligado a seguir las leyes y los reglamentos establecidos por la dirección del país en ese momento”.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, presentó el lote de documentos ayer durante un evento en su residencia oficial al que asistieron sobrevivientes del Holocausto y personas que jugaron un papel en el caso Eichmann. “No se les dio ni momento piedad a los que sufrieron el mal de Eichmann”, dijo Rivlin en un comunicado. “El pedido de aministía de Eichmann revelado hoy aquí demuestra que Eichmann y su familia reconocieron que en el Estado de Israel, un asesino como Eichmann sería condenado y que se haría justicia”. Eichmann fue ahorcado el 31 de mayo 1962 y luego incinerado. Sigue siendo la única persona judicialmente ejecutada por el Estado judío.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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