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El aumento de entre 3 y 5 centavos el metro cúbico que tuvo el Gas Natural Comprimido durante el fin de semana no será el último. El presidente de la Cámara Argentina de GNC, Fausto Maranca, advirtió ayer que los usuarios de ese combustible deberán abonar “entre 8 y 9 centavos más” cuando se formalice el acuerdo que el Gobierno y las productoras de gas cerraron el último viernes. El ajuste, dijo, será del orden del 20 por ciento. Sin embargo, el precio del GNC no subió por igual en todas las estaciones de servicio –algunas incluso todavía no lo movieron– y desde las petroleras niegan que la incidencia del incremento del gas en boca de pozo pueda ser de esa magnitud.
Este no es el único debate que trajo aparejada la crisis energética. Chile y Uruguay reiteraron ayer sus críticas al gobierno argentino por las restricciones en las exportaciones de gas y electricidad, respectivamente. “Los acuerdos internacionales se basan en la buena fe”, se quejó el ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza. “La buena fe –agregó– significa que cada país hace el máximo esfuerzo por cumplir los acuerdos de manera integral, y con lo que no estamos satisfechos es que no se haya hecho el máximo esfuerzo.” Bolivia y Venezuela, en cambio, ratificaron que aumentarán sus ventas de combustible al país. Paraguay, por su parte, redobló la presión para cobrar deudas generadas por la hidroeléctrica Yacyretá.
“La suma de los aumentos, en boca de pozo y en el transporte del gas, puede ser de ocho o nueve centavos en el GNC. Porcentualmente sería del orden del 20 por ciento”, explicó Maranca. “El precio del GNC –agregó el presidente de una de las cámaras del sector– es libre y ahora está aumentando, y por eso las cámaras pedimos una modificación en el tratamiento del valor de compra.” Los decretos 180 y 181, de febrero pasado, establecieron que los expendedores de GNC paguen no sólo el gas, sino también una “reserva de transporte” o de capacidad en el gasoducto. Maranca sostuvo que el sector pidió anular esa medida, lo que está siendo analizado por el Ministerio de Planificación.
El acuerdo entre el Gobierno y las empresas productoras establece el compromiso de mantener los actuales niveles de producción de gas –del orden de los 121 millones de metros cúbicos por día– durante el invierno. También implica un ajuste del precio actual del gas en boca de pozo, que pasaría desde los actuales 45 centavos de dólar por millón de BTU a alrededor de 60 centavos. Esto, según Maranca, hará subir el GNC casi 10 centavos. El convenio entrará en vigencia recién después de que sea analizado y discutido en una audiencia pública, no vinculante, que deberá convocar el ministro Julio De Vido. Los efectos del ajuste no recaerán en los consumos residenciales bajos y se sentirán más en los consumos de los sectores industriales y exportadores.
Además del acuerdo con las petroleras para que garanticen el mantenimiento de los niveles de producción y se comprometan a nuevas inversiones, el Gobierno está buscando ayuda internacional para evitar cortes en el suministro de gas y electricidad. Sin ella, las restricciones difícilmente podrán evitarse. En esa línea, ayer se confirmaron dos noticias esperadas por la cartera de De Vido. Por un lado, Bolivia resolvió vender entre 2 y 4 millones de metros cúbicos de gas diarios a la Argentina, pero con la advertencia de que nada debe ser derivado a Chile. Por otro lado, Venezuela anunció que venderá más de 5 millones de barriles de combustible al país.
“Venezuela hará un suministro de combustible, estamos hablado de fuel oil y diésel, a sus empresas de energía eléctrica, a efecto de que puedan contar con todo el combustible necesario para tener suficiente calefacción y energía para el período de invierno”, informó el ministro de Energía de Caracas, Rafael Ramírez. Una delegación argentina, que estaría encabezada por De Vido y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, se reunirá hoy en esa capital con autoridades venezolanas para cerrar los últimos detalles de ese acuerdo. Ramírez dijo que Caracas esperaba que una vez que termine las conversaciones se concrete un primer envío de fuel oil a la Argentina.
El ministro de Hidrocarburos boliviano, Antonio Araníbar, señaló, en tanto, que “la decisión de exportar gas a la Argentina está vinculada a nuestra actitud solidaria y al interés de reabrir un mercado tradicional”. Pero advirtió que de ninguna manera se aceptará su reenvío a Chile, país con el que Bolivia mantiene un histórico conflicto por la salida al mar. La operación será ratificada en una reunión entre el presidente de ese país, Carlos Mesa, y Néstor Kirchner, los días 13 y 14 próximos en La Quiaca.