ECONOMíA › NIELSEN SE REUNE CON STOCK, DEL COMITE GLOBAL
Cara a cara con el más voraz
Ya se vieron dos veces en Italia, pero nunca antes en Buenos Aires. Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas, se encontrará con el principal lobbista de los acreedores: el italiano Nicola Stock. El titular del Comité Global de Bonistas Argentinos (GCAB) tiene cita a las 11 y media de la mañana en el décimo piso del Ministerio de Economía. Esta reunión pondrá fin a la rueda de conversaciones entre los funcionarios y los representantes de los acreedores.
Aunque Stock asegura que logró concentrar acreedores de la deuda en default por 37.000 millones de dólares, sobre el total de 81.000 millones, en Economía siguen sin creerle. Aseguran que nunca pudo demostrarlo. Cerca de Roberto Lavagna admiten que representa a grandes bancos europeos que poseen papeles de la deuda argentina, pero que esas mismas entidades financieras no le otorgaron ningún mandato para que Stock negocie y cierre trato en su nombre. El ejemplo que ponen los funcionarios cuando dan cuenta de esta situación es el del Deutsche Bank.
Nielsen sabe que el principal activo de Stock es la llegada que el dirigente tiene en los organismos internacionales. Una de las condiciones del Fondo Monetario para rubricar la última Carta de Intención con la Argentina era que el GCAB tenga privilegios en la negociación de la deuda. El Gobierno se puso firme rechazando ese punto y al final quedó que todos los acreedores tendrían el mismo trato.
En la reunión de este mediodía, la última de las organizadas con los acreedores, Nielsen estará acompañado por el subsecretario de Financiamiento, Sebastián Pallá. Antes de arribar a Buenos Aires, Stock se encargó de calentar el ambiente: dijo que presionaría al FMI y a la Unión Europea para que se aborten las negociaciones entre el Mercosur y la UE en caso de que la Argentina siga dilatando el acuerdo.
Ayer fue turno de dos grupos. Por la mañana, el Capital Group Company y por la tarde estuvo el alemán Stefan Engeslberger, del IG. Argentinien. Engelsberger –que aseguró que venía en representación de 250 inversores teutones con títulos por 200 millones de euros– apoyó la posibilidad de un bono atado al crecimiento, tal como propuso Lavagna. Incluso completó esa idea, al decir que ese título contenga además aspectos ligados al desarrollo social de la Argentina. Frente a los periodistas, el negociador dijo que Nielsen se comprometió a analizar su oferta. La amabilidad y predisposición del alemán para sentarse a negociar con el Gobierno no le impidió “rechazar la quita del 75 por ciento” y reclamar que las discusiones se “aceleren”.
La ronda con los acreedores se había iniciado anteayer con Paolo Alazraki, de la italiana Assotutella. Pidió que la quita de la deuda sea, como máximo, del 65 o 70 por ciento.