Desde ayer, las carnicerías empezaron a vender la carne de novillo con rebajas. De acuerdo con un relevamiento de la liga de consumidores Adecua, los pequeños comercios ofrecen la mercadería hasta un 30 por ciento más barata que los supermercados. Cumplido este primer paso del acuerdo, la pelea de fondo entre el Gobierno y los empresarios es por la denominada “carne chica”, de mayor calidad. Son cortes de novillito y vaquillona, que son los más consumidos por los porteños.

Ayer por la mañana hubo una reunión muy dura entre el flamante secretario de Coordinación, Guillermo Moreno, y los frigoríficos exportadores más grandes, nucleados en el consorcio ABC. Los empresarios fueron con el planteo de que se reabran, aunque sea en forma gradual, las ventas al exterior, que están bloqueadas. La respuesta de Moreno fue negativa. Les dijo que sólo se reconsiderará el tema en caso de que la carne de mayor calidad baje de precio. La otra demanda del sector empresarial radica en que debe flexibilizarse el límite a la faena, que ahora quedó en 280 kilos, medida que también fue rechazada por Economía.

La pulseada entre ambos bandos tuvo como marco al Mercado de Liniers. Ayer ingresaron 4100 cabezas, entre 3000 y 4000 cabezas menos que las esperadas, tomando en cuenta que la semana pasada hubo una fuerte retracción en la oferta por la Semana Santa. Anoche, en Economía, deslizaban que si la entrada de esta mañana no llega a 14.000 cabezas, será una señal de que la pelea va camino a profundizarse.

La especulación del Gobierno y de los ganaderos se hace en función del pronóstico del tiempo. Los funcionarios piensan que si se suceden varios días fríos, con heladas en los campos, los productores y los consignatarios estarán obligados a desprenderse de la hacienda: el empeoramiento en la calidad de los pastos juega en contra del peso de los animales. Conclusión, si las vacas bajan de peso, los empresarios pierden de ganar y por ese motivo apurarían los envíos a Liniers.

Por ahora, la rebaja en los precios de la carne se limitó a los cortes de novillo. Primero fueron los supermercados, que durante el fin de semana pusieron en las góndolas los 11 cortes populares a los valores acordados con el Ejecutivo. Ahora los imitaron las carnicerías. El problema es que los cortes de novillo son los menos consumidos en la Capital y el primer cordón del Gran Buenos Aires: apenas el 20 por ciento del total. A falta de ternera, el resto son cortes de novillito y vaquillona. De ahí que las negociaciones actuales son clave.

La buena noticia fue que las carnicerías venden la carne de novillo más barata que las grandes cadenas. Según la encuesta de Adecua, en comercios de diez barrios de la Capital, el matambre se vende a 6 pesos, un 29,4 por ciento por debajo del acuerdo. El kilo de entraña a 6,70 pesos, un 14,1 por ciento menos que en los súper, mientras que la paleta se ofrece a 6,30, un 12,3 por ciento por debajo. El asado está a 5,80 pesos contra 6,50 del convenio, y el vacío a 6,70, un peso menos que las cadenas.

Ayer en el Palacio de Hacienda admitían que el acuerdo será complicado de lograr, pero los funcionarios estaban convencidos de que no falta mucho para que la suspensión de las exportaciones tenga el efecto deseado, la caída de los precios. Mientras tanto, los frigoríficos dedicados exclusivamente al mercado interno cruzaban los dedos para que los exportadores acuerden rápido.