El paso de Evo Morales de nacionalizar su sector energético fue bien recibido por los argentinos. La posibilidad de imitarlo por aquí también cae bien: una mayoría muy marcada piensa que Néstor Kirchner haría bien en nacionalizar la energía, mientras que una mayoría relativa vería esa medida como algo exclusivo y particular de Bolivia. Resulta llamativo que, al mismo tiempo, una mayoría absoluta de dos tercios piense que esos recursos deberían ser administrados por un ente mixto de Estado y empresas privadas. Casi el mismo porcentaje cree que una nacionalización refuerza la soberanía pero poco más de la mitad de los encuestados se hace ilusiones de que un paso así ayudaría a los argentinos más pobres.

Estos resultados surgen de una encuesta realizada esta semana por OPSM, el estudio que dirige Enrique Zuleta Puceiro, para la cual se entrevistaron a 1100 mayores de 18 años en centros urbanos de todo el país.

Una mayoría de casi el 70 por ciento aprueba el paso dado por Evo Morales, mientras que algo más del 50 por ciento cree que las nacionalizaciones de sectores clave son estrategias adecuadas para el mundo actual. Más del 70 por ciento vería con buenos ojos que Evo continuase nacionalizando otros sectores, además del energético, como anunció esta semana. Menos de la mitad cree que una nacionalización equivale a una expropiación de activos de las empresas. Los encuestados no hablan por interés, ya que tres cuartas partes están convencidos de que los eventos en Bolivia harán aumentar el precio del gas de este lado de la frontera.

Es que dos tercios de los consultados cree que el manejo del sector energético es parte integral de la soberanía de un país y algo más de la mitad afirma que un Estado que domina ese sector tiene mejores condiciones para aliviar la pobreza de sus pobladores.

Pero el caso actual es visto como algo interno de Bolivia por una mayoría del 54,9 por ciento, mientras que un minoritario pero robusto 42 cree que es en realidad un capítulo de una tendencia continental. Aun así, una mayoría enorme del 74 por ciento estaría de acuerdo o muy de acuerdo con que el gobierno argentino siguiera esa tendencia, nacionalizando. La oposición ni siquiera es demasiado ardiente, ya que un 22 por ciento estaría poco de acuerdo, pero apenas un 0,2 por ciento está muy en desacuerdo. Lo llamativo, ante esta actitud nacionalizante, es que un 62 por ciento piensa que la administración de esos recursos tiene que ser mixta, entre el Estado y el capital privado.