Jueves, 25 de mayo de 2006 | Hoy
ECONOMíA › NUEVA CAIDA DEL PRECIO DE LA HACIENDA EN LINIERS
Para mayor irritación de los ganaderos, el precio de la hacienda en pie sigue cayendo, mientras continúan cerradas las exportaciones.
Por Fernando Krakowiak
El índice de Liniers que promedia las cotizaciones de todas las categorías vacunas que se comercializan en el mercado bajó ayer otro 4,7 por ciento y acumula una caída de 33,8 por ciento desde que se anunció la suspensión de las exportaciones, el pasado 8 de marzo. Los novillos, novillitos, vacas, vaquillonas y terneros están incluso hasta 15 por ciento por debajo de los precios de referencia fijados por el Gobierno. El dato irrita a los productores, quienes aseguran haber cumplido con su parte y reclaman una apertura de las exportaciones para que la “ganadería no muera”. Sin embargo, la evolución de los precios muestra una situación de relativa holgura aun con la frontera cerrada.
Desde diciembre de 2001 el índice general subió de 0,632 a 1,841 (191,2 por ciento), superando claramente la evolución de la inflación, que acumula 81 por ciento. Si hubiera acompañado a este indicador el índice debería estar en 1,14. Por lo tanto, se supone que la caída no pone en riesgo la rentabilidad del sector. Además, cuando las exportaciones estaban autorizadas, casi el 80 por ciento de la producción de carne se comercializaba en el mercado interno. Ese dato relativiza el cartel “sin exportaciones, muere la ganadería” que el martes decoró el escenario montado por los dirigentes de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en la ciudad de Santa Rosa.
El cierre de las exportaciones influyó en la baja de precios, pero la causa principal estuvo relacionada con la llegada del frío. Desde comienzos de abril, en el Gobierno preveían una caída en las cotizaciones del ganado debido a las heladas que se han venido sucediendo en la provincia de Buenos Aires. La escarcha reduce la superficie disponible para que los animales pasten y fuerza a los ganaderos a vender la hacienda más rápido que de costumbre. Esto hubiera sucedido aun con las exportaciones autorizadas, aunque el cierre de la frontera potenció el derrumbe.
Ese dato pareciera no ser registrado por los productores, quienes ven en el cierre de las fronteras la causa de todos sus males y amenazan con una huelga para intentar torcerle el brazo al Gobierno. Dardo Chiesa, presidente de la Sociedad Rural de La Pampa, afirmó ayer que el campo “está virtualmente en paro”. “Es unánime el pedido de los productores, porque la situación se derrumba todos los días y de alguna manera tienen que aparecer las soluciones. En este momento mucha gente está luchando por su supervivencia”, destacó.
Fuentes del sector afirmaron ayer a Página/12 que la medida de fuerza comenzará a definirse la semana próxima, cuando se reúna el Consejo Directivo de Carbap, y aclararon que también estarán pendientes de lo que suceda hoy en Plaza de Mayo para tomar la decisión. “Si Kirchner reúne una multitud respaldando su mandato, va a ser difícil lanzar el paro”, aseguraron.
Las posiciones al interior del campo difieren respecto del impacto que podría tener un lockout consistente en no enviar ganado a Liniers. Los productores y algunos dirigentes, fundamentalmente nucleados en CRA, aseguran que la huelga es la única herramienta que tienen para ponerle freno al Gobierno. Otros, en cambio, afirman que sería difícil sostener una medida de fuerza de esas características durante mucho tiempo y agregan que la resistencia es una condición indispensable, porque Kirchner no cederá ante las presiones fácilmente. Por eso proponen que, por ahora, se siga sólo con las manifestaciones en los pueblos. De ese modo se evitaría que la ofensiva del Gobierno hacia el sector recrudezca aún más. Pues, aunque arriba de los palcos afirmen que la situación es terminal, los dirigentes del sector saben que todavía tienen mucho para perder.
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