Remo Carlotto fue uno de los activos diputados que impulsó la impugnación del pliego del ex subcomisario de la Policía Bonaerense Luis Patti como diputado nacional. En diálogo con este diario, explicó los fundamentos del dictamen de mayoría y tomó distancia de los sectores del peronismo que le abrieron las puertas a Patti para su carrera política.

–¿Por qué Patti no puede ser diputado?

–Nuestro criterio está fundado en el artículo 64 de la Constitución Nacional. Aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad no deben ocupar cargos públicos. Este artículo contempla la posibilidad que tenemos en la Cámara de Diputados de ser jueces de los títulos de los diputados. La Constitución de 1994 con la incorporación de los Pactos Internacionales de los derechos humanos en el artículo 75 inciso 22 genera un nuevo paradigma sobre el que debemos asentar el sistema democrático. Este es el basamento de nuestro dictamen y de nuestra exposición. No debemos permitir que estos tipos de personajes se escuden en los cargos públicos y viboreen por los caminos de la desmemoria para ganar mayor impunidad. De no haber existido la ley de obediencia debida, Patti no hubiera ocupado ninguno de los cargos públicos que ocupó. Ni hubiera podido presentarse a ninguna elección porque tendría que estar preso. Cuarenta y dos desapariciones forzadas de personas están vinculadas al accionar de Patti en Escobar. Documentos desclasificados por la inteligencia norteamericana ratifican que Patti fraguó el escenario del crimen de Cambiasso y Pereyra Rossi. La participación de Patti en el secuestro del ex diputado Muñiz Barreto también está probada por documentos públicos de la Nunciatura.

–¿Cómo responde a quienes afirman que Patti debió ser impugnado como candidato para no vulnerar el voto popular o a quienes dicen que con este criterio el día de mañana la Cámara se puede reservar el derecho de admisión de manera discrecional?

–Esto no es así. Tanto en el caso del represor (Antonio Domingo) Bussi, similar a éste, se trata de un hecho excepcional derivado de la comisión de delitos de lesa humanidad. Esto no es un contrapunto con la voluntad popular ya que asumirá el diputado que le sigue en la lista.

–El diputado que le sigue en la lista es un hombre hoy cercano al oficialismo.

–Ese es un problema del Paufe y de cómo eligió sus candidatos. Nosotros no especulamos con la composición de la Cámara. Este no es un hecho que tiene que ver con oficialismo y oposición sino con los elementos básicos que constituyen de manera ética a una sociedad. Creemos que hay valores fundamentales que son previos a la voluntad popular misma. Hemos tomado una decisión sobre la idoneidad moral de quien va a ingresar.

–La carrera de Patti en la política fue alentada desde el peronismo, desde el menemismo?, ¿qué consideraciones le merece esto?

–Miré el amparo que Patti hizo en la Justicia electoral luego de nuestra impugnación. En una parte sobre anteriores antecedentes de la historia argentina, al referirse a un caso de 1955, Patti habla “de la dictadura depuesta”. Así se refería al primero y segundo gobierno de Perón. Creo que Patti no es peronista

–¿No cree que como partido el peronismo debe una autocrítica a la sociedad por haberle abierto las puertas a Patti?

–Creo que a lo largo de su historia el peronismo tuvo una confrontación interna considerable. Hemos tenido lo mejor de las luchas populares y paradójicamente también hubo sectores más representados con el fascismo y el autoritarismo.