El cuñado de Luis Barrionuevo apareció con su mejor traje y la camisa planchada, pero no pudo asumir. Y no lo hará al menos por unos días. El dirigente gastronómico y diputado electo Dante Camaño, sucesor de Luis Patti en la lista con la que el Paufe (Partido de Unidad Federalista) se presentó a elecciones en octubre, estuvo presente en el final de la sesión especial del martes –en la cual la Cámara de Diputados aprobó la impugnación contra el represor– con la esperanza de poder jurar al término de la votación. Pero el bloque kirchnerista frenó esa posibilidad. Ahora que Patti interpuso un amparo ante la Justicia electoral, no podrá hacerlo hasta que la jueza María Servini de Cubría se expida al respecto, según explicó a Página/12 una fuente parlamentaria.

La magistrada está estudiando el asunto y no mostró apuro para resolver la cuestión, tal como indicó a este diario una alta fuente judicial. De todos modos, apenas reciba copia de la resolución de la Cámara de Diputados que invalidó el diploma del ex subcomisario, Servini rechazaría el amparo presentado por Pa-tti con el patrocinio del abogado Gregorio Badeni, tal como hizo hace seis años en el caso del genocida tucumano Antonio Domingo Bussi. El planteo apunta a la inconstitucionalidad de la decisión del Congreso y solicita que se impida la asunción del sindicalista gastronómico. “Tenemos la certeza de haber actuado en base a las facultades del Congreso y de haber sido rigurosos en la legalidad del procedimiento en cuanto al resguardo de los derechos del impugnado diputado. Y confiamos en que la Justicia actuará de la misma forma”, reiteró el jefe del bloque K, Agustín Rossi.

Una vez que Servini resuelva, Camaño tendría el camino despejado, mientras Patti sigue su batalla judicial. La Justicia electoral le dijo recientemente que debía esperar al pronunciamiento que anteayer produjo la Cámara antes de insistir en su reclamo, por lo cual no era viable que asumiera para impugnarlo luego. Es decir que, aunque en algún momento pueda darle razón, la Justicia reconoció la facultad del Congreso de juzgar los títulos de sus miembros antes de que ingresen.

Pero, ¿cómo fue que Camaño casi llegó al recinto? Durante la sesión del martes, mientras el duhaldista residual Jorge Landau era abucheado durante su discurso, el bloque oficialista entró en colapso. Los celulares de sus autoridades ardían de llamadas de las demás bancadas, que querían saber qué hacía Camaño en el tercer piso del palacio. Todo indica que un sector del oficialismo le había hecho un guiño para que se hiciera presente. Pero el bloque K se plantó y dio la contraorden. Alguien advirtió que los ordenanzas ya estaban instalando el micrófono para el “Sí, juro”, y ordenó quitarlo. Si bien primó el criterio de que la jura del gremialista “empañaba” el logro de la impugnación de Patti –comunicación con la Casa Rosada mediante–, también es cierto que si Camaño se instalaba el martes por la noche se evitaba la dilación que ahora provocará la espera del pronunciamiento judicial.

“Todo lo ganado respecto de la ética se hubiera perdido en el plano de la estética” si todo ocurría en la misma escena, comentó un allegado al oficialismo. Camaño funcionará como aliado del kirchnerismo, pero su conocida posición pro mano dura lo deja muy cerca de Patti. Es por eso que quienes se quejan de que fue vulnerada la voluntad popular pueden confiar en que el sucesor del ex subcomisario sabrá representarlos.