El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, realizó ayer una visita sorpresa al Mercado de Liniers luego de una semana en la que ingresaron pocos animales, motivando rumores sobre un posible aumento en el precio de la carne. El funcionario se reunió con miembros del directorio, representantes de los trabajadores y consignatarios para interiorizarse personalmente, según dijo, sobre el funcionamiento del mercado. Sin embargo, fuentes del sector aseguraron a Página/12 que Moreno “presionó a los consignatarios para que coordinen menos ventas de manera directa y lleven más ganado a Liniers”. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) emitió un comunicado repudiando “la actitud insensata, intimidatoria y confrontativa del secretario” y lo responsabilizó “por la integridad física” de los consignatarios.

Moreno llegó temprano a Liniers y pidió reunirse con los operadores para solicitarles que incrementen la oferta y respeten los precios sugeridos por la Secretaría de Comercio. Los consignatarios le respondieron que eso no era posible porque ellos son sólo remitentes de hacienda ajena, pero el argumento no convenció al polémico funcionario quien en un momento de la charla se cruzó duramente con el martillero Víctor Sinisi y lo expulsó de la reunión. La semana previa al paro agropecuario Moreno también había discutido duramente con los consignatarios por la fijación de los precios. En esa oportunidad, la pelea fue con Ignacio Gómez Alzaga, quien ayer no estuvo presente.

Desde que Moreno intervino en el mercado a mediados de noviembre “sugiriendo” precios máximos, las operaciones en Liniers comenzaron a disminuir porque los productores prefieren vender sus vacas de manera directa o en ferias donde consiguen mejores ofertas. Eso es porque los inspectores de Moreno no pueden controlar las ferias que se realizan semanalmente en los distintos pueblos del interior. El promedio histórico de ingresos al mercado suele ser de 40 mil cabezas, pero en los últimos meses esa cifra ha quedado en el olvido, a punto tal que durante la última semana se vendieron apenas 22.679 cabezas. Si el nivel actual de ingresos se mantiene, Liniers pasará a comercializar menos del 10 por ciento de las cabezas del país, cuando su promedio durante los últimos años fue del 15 por ciento.

Moreno también se reunió con Luis Rodríguez Abínzano, presidente de la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado y titular de Crespo y Rodríguez, para comunicarle su deseo de fijar un precio único de referencia no sólo para Liniers sino para todas las operaciones de compraventa que se realizan en el país. Sin embargo, la iniciativa parece difícil de cumplir debido a las dificultades que tiene la Secretaría para garantizar su cumplimiento en los distintos pueblos donde se vende ganado.

Mientras tanto, frigoríficos y carniceros negaron ayer que vaya a haber desabastecimiento y aseguraron que los precios de la carne “están bajando”. El presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne, Miguel Schiaritti, calificó de “alarmistas” las versiones sobre desabastecimiento, señaló que los productores están especulando para que los precios suban y aseguró que “no va a faltar carne ni en los supermercados ni en ninguna otra cadena de comercialización minorista”. Así buscó restarles importancia a las versiones difundidas por supermercadistas, quienes advirtieron que podría faltar carne por el control oficial que se realiza en Liniers y la negativa de los productores a vender animales conforme a los precios sugeridos fuera del mercado.

Por su parte, Alberto Willias, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, reconoció que “hubo aumentos estacionales en los cortes con más salida para las fiestas, como el matambre y el peceto, pero hoy se están regulando”. “Ahora empezó a bajar la demanda y los carniceros van bajando el precio porque no quieren quedarse con la heladera llena”, agregó.