Después de más de un año de “precios sugeridos” y controles, el Gobierno decidió desde esta semana liberar los precios de la carne en el mostrador. “Nos llamaron entre el lunes y el martes de la Secretaría de Comercio y nos dijeron que los precios sugeridos para los 12 cortes populares no iban más”, dijo a este diario Alberto Williams, vicepresidente de la Cámara de Propietarios de Carnicerías. Según el dirigente, esto podría significar que la próxima semana aumenten “un poquito” los precios de algunos cortes populares, “pero no debería haber grandes cambios porque el mercado está estabilizado”, tranquilizó. Desde la Secretaría de Comercio, que conduce Guillermo Moreno, ayer guardaron silencio.

“La liberación de los precios era algo que veníamos hablando con el Ministerio de Economía desde que autorizaron a los ganaderos el último aumento del 20 por ciento. Desde entonces, para nosotros era imposible garantizar los cortes populares a los precios sugeridos”, explicó Williams.

Según los números que manejan los carniceros, en marzo de 2006, cuando empezaron los controles, el precio sugerido del novillo era de $ 4,88 el kilo para vender el kilo de asado a 6,50 pesos. Pero con la última suba, el kilo de novillo subió a 5,50, IVA incluido, lo cual redujo al mínimo los márgenes de los carniceros.

“Con la liberación, el asado de novillo tal vez se vaya alrededor de 8 pesos, mientras que el de animal chico (ternera) debería rondar entre 10 y 11,50”, afirmó Williams. Sin embargo, aclaró que el precio depende mucho de la localización de la carnicería, dependiendo del poder adquisitivo de los clientes y de los costos adicionales que poca cada local (alquiler, luz, impuestos).

En Comercio aseguraban que la mayoría de las carnicerías inspeccionadas diariamente cumplían con los precios sugeridos. Sin embargo, las asociaciones de consumidores denunciaban que en las carnicerías el acuerdo no se cumplía hace rato. “En realidad ese acuerdo no se podía cumplir más por el aumento en el precio de la carne en Liniers, hora tenemos un precio real”, confesó Williams.

En el sector creen, además, que los supermercados podrían mantener los precios sugeridos de los 12 cortes populares si mantienen los acuerdos con los frigoríficos exportadores, que hacia finales de cada mes suelen volcar sus excedentes de cortes con hueso para vender en las góndolas.

Sea como fuere, Williams consideró que “es un buen momento” para liberar los precios, porque “en Liniers el abastecimiento esta semana fue abundante y el mercado está tranquilo”.

Más aún, el dirigente carnicero cree que, salvo los cortes populares, el resto de los cortes podría bajar durante la semana próxima, si es que la oferta se mantiene en niveles elevados. “Hay mucha cantidad de hacienda y dificultades para venderse los lotes más o menos regulares, y los buenos no están con una oferta firme en el Mercado de Liniers. Esto hace que el carnicero no pida mucha carne y el precio tienda a bajar, en vez que a subir”, explicó.

El fin de los precios sugeridos no significaría el final de las inspecciones de Comercio en las carnicerías. La Secretaría de Moreno seguiría controlando los precios pagados por los carniceros y los precios en mostrador para monitorear sus márgenes de rentabilidad.