ECONOMíA › SUSPENDEN OBRAS POR RIESGO DE VIDA DE OPERARIOS

La muerte acecha en Madero

 Por Raúl Dellatorre

Dos de los mayores emprendimientos de la construcción que están en marcha en Puerto Madero debieron suspender sus tareas ayer, tras la denuncia del Ministerio de Trabajo y la Superintendencia de Riesgos de Trabajo de estar desarrollando las tareas “con riesgo de vida inminente para los trabajadores”. Los dos megaproyectos involucrados son el Madero Center y Torres del Yacht, cuyo valor de comercialización alcanza a 3000 dólares el metro cuadrado.

La obra Torres del Yacht, en la calle Juana Manso esquina Macacha Güemes, frente al Hotel Hilton, está compuesta por dos torres de 44 pisos cada una, mientras que el Madero Center una vez finalizado tendrá una superficie construida de 105 mil metros cuadrados. Ambas obras fueron inspeccionadas por la cartera laboral dentro del operativo para detectar trabajo en negro, que abarca a los 100 emprendimientos de la construcción más importantes del país. Todavía no se conocen los resultados sobre la inspección de trabajadores sin registrar, ya que aunque fueron fiscalizados unos 600 empleados, casi en su totalidad pertenecen a empresas subcontratistas cuya situación legal deberá ser verificada.

“Hay una desidia muy importante en cuanto a las condiciones de trabajo, en el 60 por ciento de las inspecciones establecemos la suspensión de las tareas por riesgo para los trabajadores”, señaló a Página/12 Julio Casavelos, subsecretario de Fiscalización del Trabajo y la Seguridad Social, que ayer estuvo al frente del operativo. En el caso de Torres del Yacht, el funcionario señaló que al realizar la inspección se verificó que dos excavadoras estaban trabajando sobre un terraplén sin las barandas perimetrales, corriendo riesgo de desmoronamiento. “Abajo, en el pozo, trabajaban decenas de trabajadores que podrían haber sido sepultados por un accidente”, relató.

Respecto del Madero Center, las irregularidades detectadas fueron la falta de cabo de vida y arnés en la losa del primer piso –protecciones para evitar caídas– y la falta de orden y limpieza en el subsuelo. “Estaban trabajando en un basural, hasta había una fogata en el lugar, corriendo además un alto riesgo de electrocución”, comentó a este diario uno de los inspectores que participó del operativo. Casavelos confirmó que se había encontrado fuego de leña para cocinar en el patio interno del primer subsuelo.

Pese a que se trata de obras que están en manos de los más poderosos desarrolladores inmobiliarios del país, y a cargo de los más afamados estudios de arquitectura, las condiciones laborales impuestas por los contratistas son calamitosas. “En este mecanismo de subcontratistas está el núcleo duro del trabajo en negro: la tercerización, que en la construcción es la práctica más habitual”, subrayó Casavelos. “Por eso, cuando detectamos irregularidades laborales en una obra, le comunicamos al constructor la situación en la que está su contratista, recordándole que son solidariamente responsables ante la seguridad social y la justicia civil en caso de accidentes”, agregó el funcionario.

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