EL MUNDO › LOS EXPLOSIVOS NO SE DETONARON, PERO HUBO PANICO EN LA CIUDAD

Descubren coches bomba en Londres

El debut de Gordon Brown como primer ministro se vio empañado por el hallazgo. Estudian videos caseros y restos de ADN.

 Por Marcelo Justo
desde Londres

A Gordon Brown no le dieron respiro. El miércoles reemplazó a Tony Blair como primer ministro. El jueves nombró un gabinete que sólo tiene tres sobrevivientes del blairismo. Ayer vivió su primera megacrisis de seguridad a raíz de un coche bomba que por azar no llegó a explotar a la salida de una discoteca en pleno centro de Londres. “De haber explotado, habría causado una considerable cantidad de muertos y heridos”, declaró por la mañana el jefe de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke. Por la noche, la situación se volvió más sombría aún cuando Clarke reveló que la policía había hallado un segundo coche con explosivos en el mismo perímetro céntrico y “obviamente vinculado con el primero”. Al cierre de esta edición la investigación se centraba en las imágenes de ambos vehículos capturadas por las innumerables videocámaras que hay en la capital y en los inevitables rastros de ADN que, según los expertos en antiterrorismo, quedan cuando se maneja este tipo de explosivos.

El azar de una persona descompuesta en la calle y la llegada de una ambulancia evitó que explotara el primer vehículo, un Mercedes verde estacionado frente a la discoteca Tiger Tiger, en Haymarket, al lado de Piccadilly Circus. Era pasada la una de la mañana y el personal de la ambulancia detectó humo en el coche y llamó a la policía. En el Mercedes la Unidad de Antiexplosivos halló garrafas de gas, 60 litros de gasolina y un cocktail de clavos para salir disparados con velocidad letal en múltiples direcciones. La Unidad consiguió neutralizar la bomba, pero a partir de ese momento, un amplio perímetro del centro quedó cerrado a la circulación pública, y en Londres se volvió a vivir el estado de alerta.

El primer ministro Gordon Brown señaló que el hecho era una nueva prueba de que el Reino Unido estaba bajo amenaza. “El deber primordial de un gobierno es la seguridad del pueblo y como han dicho la policía y los servicios de seguridad en repetidas ocasiones, enfrentamos una amenaza grave y constante”, dijo Brown. A las 10 de la mañana la flamante ministra del Interior, Jacqui Smith, la primera mujer en ejercer el cargo en el Reino Unido, presidió una reunión del Comité Cobra, una unidad de emergencia gubernamental para casos de esta naturaleza. A la salida de la reunión Smith urgió a la gente a mantenerse “vigilante” e informar a la policía sobre “cualquier cosa sospechosa”. El Servicio de Seguridad Interior, el MI5, no varió su clasificación del riesgo para el Reino Unido que siguió siendo el segundo más alto de la escala, “muy probable”, pero no el más alto de todos, “inminente”.

A mediados de la tarde comenzaron a circular rumores de un segundo vehículo de similares características en una playa de estacionamiento en Park Lane, cerca del gigantesco Hyde Park. Según confirmaría la policía por la noche, el coche era también un Mercedes que la grúa se llevó a las 3 y 30 de la mañana por estar estacionado ilegalmente en Cockspur, una calle a 200 metros de la discoteca Tiger. Sin saber que transportaba algo más que el vehículo de un infractor, la grúa llevó el coche hasta una playa de estacionamiento en Park Lane, donde horas más tarde los empleados sentirían un olor extraño y darían el alerta. “El vehículo tenía materiales muy similares a los hallados en el primer coche. Había bastante gasolina y garrafas de gas y una considerable cantidad de clavos”, indicó en la conferencia de prensa por la noche Clarke.

Ningún grupo se adjudicó por el momento estos hechos. Fuentes policiales y políticas señalaron que todo apunta al “terrorismo internacional” de Al Qaida. Los atentados con coche bomba se han vuelto muy comunes en los tres últimos años en Irak y han sido utilizados en otros países. El aparente objetivo también coincide con la percepción de que las discotecas representan para las organizaciones fundamentalistas islámicas “la decadencia y el hedonismo” occidentales. El Reino Unido no es extraño a este tipo de planes terroristas. El año pasado, un británico musulmán, Dhiren Barot, fue condenado a cadena perpetua, junto a otras seis personas, por un meticuloso plan de atentados con limusinas cargadas de garrafas de gas contra lugares clave de la capital.

La fecha tiene una doble significación. Por un lado parece un claro mensaje de “bienvenida” a Gordon Brown. El texto es que mientras haya tropas británicas en Irak y Afganistán, el Reino Unido será un objetivo terrorista (queda por verse si no lo seguirá siendo en caso de una retirada).

El segundo significado es que se acerca el aniversario de los atentados contra el transporte público del 7 de julio de 2005, que dejaron un saldo de 56 muertos y más de 700 heridos. En los próximos día se verá si el terrorismo tiene capacidad operativa como para conmemorar ese hecho con nuevas sorpresas.

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Cintas de seguridad en Fleet Street para rodear a uno de los coches bomba que interceptó Scotland Yard.
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