Viernes, 31 de agosto de 2007 | Hoy
ECONOMíA › IMPORTARAN Y DARIAN SUBSIDIOS PARA ASEGURAR EL ABASTECIMIENTO
La preocupación por la insuficiencia de oferta que se espera hasta fin de año obligó a buscar la solución en la papa importada. La traerían de Canadá, Francia o Brasil, pero subsidiada para que no impacte en el precio al consumidor. En los súper, ya se vende a 4 pesos.
Por Fernando Krakowiak
No tienen el peso de una multinacional como Shell ni el poder de lobby de los ganaderos. Sin embargo, los empresarios que integran la cadena de la papa son los únicos que le están quitando el sueño al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. En las últimas semanas, las asociaciones de consumidores denunciaron subas de hasta un 50 por ciento en el precio de este producto y las proyecciones oficiales indican que podría seguir aumentando. La papa es un alimento central de la canasta básica y su incidencia en el segmento verduras del índice de precios es del 18,3 por ciento. Para intentar ponerle un freno a la suba, el Gobierno oficializó ayer la creación de un registro de importadores y prometió subsidiar a los que se inscriban. En una reunión con los productores del sector, Moreno aseguró el miércoles estar dispuesto a poner hasta 15 millones de pesos.
En el Gobierno aseguran públicamente que el aumento de la papa es una consecuencia de las heladas que destruyeron la producción en Córdoba y Tucumán, pero las subas ya venían registrándose y lo que hizo el invierno fue agravar la situación. Moreno reconoció el miércoles ante los empresarios que la culpa no es sólo del clima. “Ustedes me cagaron, pero el mes que viene no va a volver a pasar”, les advirtió cuando les adelantó la creación del registro.
Durante la mayor parte del año pasado, la bolsa de 35 kilos de papa se conseguía en el Mercado Central a cerca de 10 pesos. Sin embargo, en los últimos meses comenzó a subir sin freno y ayer estaba a 55 pesos. En el primer semestre, la ciudad de Buenos Aires y el conurbano se abastecen casi exclusivamente con la producción proveniente del sudeste de la provincia de Buenos Aires (Balcarce y alrededores). En esa zona, las heladas no provocaron daños significativos porque la cosecha se realiza en el verano. Sin embargo, a partir de agosto comienza a crecer la participación de las producciones provenientes de Córdoba y Tucumán hasta concentrar casi la totalidad de la oferta y allí el frío hizo estragos.
Cuando los productores de Buenos Aires se enteraron del daño que provocaron las heladas en el interior, comenzaron a subir el precio anticipándose a la escasez que luego comenzó a notarse. El margen que están obteniendo quienes no vieron afectada su producción es tan alto que han empezado a retacearle sus entregas a la industria de congelados, como la multinacional McCain. Este tipo de empresas compran grandes cantidades de papa y exigen alta calidad y bajos precios. Sin embargo, ahora los productores prefieren vender la papa fresca a los mercados concentradores.
Los comercializadores también están aprovechando para remarcar los precios de manera voraz. En el Mercado Central el kilo de papa se consigue a 1,60 peso. Sin embargo, durante los últimos días los supermercados estuvieron vendiendo a cerca de 4 pesos y las verdulerías no se quedan atrás. Esta escalada impactará en el índice de precios, por más esfuerzos que se hagan para disimularlo, ya que según los datos del organismo oficial el mes pasado el kilo de papa se podía conseguir en las verdulerías a 1,13 pesos. Es decir, más barato que lo que se vende ahora en el Mercado Central.
La intención del Gobierno es que se importe papa de Brasil, Canadá o Francia. Las bolsas de 50 kilos se podrían vender en el país a 80 pesos a nivel mayorista. Ese valor por kilo es similar al vigente actualmente en el mercado. Por eso, el gobierno piensa otorgar un subsidio a los importadores para que se consigan precios más bajos. Si el aporte termina siendo de 15 millones de pesos, tal como les adelantó Moreno a los productores, se podrían ofrecer 26 millones de kilos a 1 peso cada uno, cerca del 75 por ciento de la papa que vende el Mercado Central en un mes.
Es un volumen significativo, pero la papa importada no estará disponible en los próximos días para planchar los precios de septiembre, como desea Moreno. Una vez cerrado los contratos de compra se deberá esperar el tiempo que demora el flete en barco, cerca de 20 días si proviene de Canadá o Francia. Brasil podría proveer en menos tiempo, pero en la zona sur de ese país también se registraron heladas y todavía es difícil precisar cuánto se podría importar de ese destino.
Además, habrá que tener previsiones sanitarias para preservar la salud de la población. En 1989, por ejemplo, el funcionario alfonsinista Ricardo Mazzorin decidió importar papa de Polonia, pero se detectó que algunas partidas estaban contaminadas con residuos radiactivos de Chernobyl. Como era imposible identificar qué papas eran, la gente se asustó y el consumo se retrajo a menos de la mitad provocando fuertes pérdidas los importadores y al conjunto de los productores.
También será necesario sellar acuerdos con los supermercados. Los especialistas consultados por este diario aseguraron que de nada servirá que el kilo de papa se consiga a 1 peso o menos en el mercado mayorista, si los comercializadores la siguen ofreciendo en las góndolas entre 3 y 4 pesos. Esa articulación del Estado con el conjunto de la cadena para morigerar los márgenes y garantizar el abastecimiento viene siendo necesaria desde hace varios meses. Moreno, en cambio, privilegió exclusivamente el control de precios en el Mercado Central.
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