Alguna vez, cuenta la leyenda, siendo Carlos Aimar el director técnico de Boca le encomendó a su amigo Adrián Paenza la contabilización de los metros recorridos en un partido determinado por Diego Latorre. Casi como si la principal virtud del futbolista fuese la de “maratonizar” el juego. Incluso puede no haber sido una recomendación de Aimar sino una sugerencia de Paenza. Bien se sabe que las leyendas sufren, como leyendas que son, la falta de precisiones o datos equívocos. Si bien no se conoció la cantidad de metros recorridos por el quizás hoy único rescatable de los panelistas de Fernando Niembro en La última palabra, sí trascendió el chimento. Haya sido o no cierta la historia Aimar-Paenza-Latorre, muchos años después y aprovechando hace poco un partido entre juveniles de Holanda y Croacia, la televisión mostró ya con precisiones una remake de aquella historia. En el momento en que en el equipo croata se producía un cambio, además de los apellidos de los futbolistas entrante y saliente, aparecía la leyenda de una cifra realmente curiosa. Allí se especificaba que el jugador que salía había recorrido algo así como ocho mil y pico de metros, como si éste fuese el dato trascendente en el desempeño del jugador. Del juego, nada. Otra gilada más. Y van...