Viernes, 31 de agosto de 2007 | Hoy
La resistencia a las nuevas autoridades se reavivó esta semana con la designación de dos vicerrectores y la renuncia de otro.
Por Julián Bruschtein
El conflicto de la Escuela Carlos Pellegrini continúa su larga marcha. El malestar de padres, alumnos y parte de los docentes contra las nuevas autoridades del colegio se reactivó después de que el rector Juan Carlos Viegas obtuviera el visto bueno del Consejo Superior de la UBA para nombrar a dos vicerrectores, resistidos por ellos. Mientras los estudiantes de la escuela se sumaron ayer a una marcha universitaria hasta el Ministerio de Educación, Viegas se negó a aceptar la renuncia de otro vicerrector, Gustavo Zorzoli, quien pretende dejar el cargo en desacuerdo con las nuevas designaciones.
La inquietud en la comunidad educativa del Pellegrini se había mantenido latente después del acta acuerdo firmada con el rectorado de la UBA hace casi dos meses, pero el avance de la gestión de Viegas reavivó la resistencia al rector del centro de estudiantes, el sindicato docente AGD y un amplio grupo de padres, quienes ven al hombre impulsado por la Facultad de Ciencias Económicas como un quiebre con respecto al proyecto educativo desarrollado durante 14 años por su antecesor, Abraham Gak. El panorama se complicaría aún más si el vicerrector Zorzoli, quien es la única autoridad que mantiene el perfil de la gestión anterior, sostiene la renuncia que presentó en la noche del miércoles, y que el rector aún se negó a aceptar.
“Me tomé el tiempo necesario para consensuar entre profesores, alumnos y padres. Y también para ver el perfil de los vicerrectores, teniendo en cuenta primordialmente dar continuidad al proyecto educativo”, se defendió el rector Viegas. Pero no parece haber acuerdo en ese sentido: la designación de Juan José Esturo y Carlos Bernava como vicerrectores de la escuela “va en contra de lo firmado en el acta. Esturo se postuló para ser rector del colegio y su proyecto era absolutamente contrario al que está en vigencia”, dijo a este diario Julio Bulacio, profesor y dirigente de la AGD.
Los padres también muestran su preocupación ya que, según confió uno de ellos a Página/12, “es verdad que Viegas está haciendo un desastre en el colegio. Pero también es verdad que existe una puja gremial que está empañando el reclamo de los padres. Estamos preocupados porque vemos que el colegio retrocedió y está pasando exactamente lo que temíamos”.
El entramado de la vida interna del colegio se vio sacudido por la finalización de la gestión de Gak en marzo, cuando los padres comenzaron a movilizarse para garantizar el proyecto en marcha, que combinaba una tradición comercial con un perfil humanista. Se oponían al nombramiento de Viegas, profesor de Económicas, al observar en él un perfil más técnico, mismo motivo por el que se opusieron a los vicerrectores nombrados el miércoles pasado. El día previo, los alumnos del Pellegrini tomaron la escuela y paralizaron el dictado de clases. Ayer, al igual que el miércoles –después de la protesta en el rectorado de la UBA–, la actividad fue normal.
Mientras el flamante vicerrector Esturo intentaba conciliar diciendo que “el diálogo es prioritario, porque no queremos cambiar nada sino afianzar lo que se viene haciendo”, alumnos, docentes y algunos padres del Pellegrini se movilizaban junto a la FUBA, la AGD y organizaciones de izquierda, sumando su reclamo al pedido de triplicación del presupuesto para la universidad. La concentración se realizó en la Plaza Houssay y la marcha fue hasta el Ministerio de Educación, llevando sus reclamos en pancartas y banderas, para culminar el recorrido frente al Hotel Bauen.
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