¿El huevo de la serpiente, el ojo del huracán o, simplemente, los municipios del conurbano? Puede parecer caprichosa o una simple sucesión de metáforas, pero la pregunta describe lo que está pasando en los despachos kirchneristas. Una negociación complicada está desvelando a intendentes y aspirantes a serlo: ¿habrá colectoras para los candidatos K que quieren competir con los jefes comunales? El primer indicio de lo que pasará el 28 de octubre surgió ayer de la oficina del titular de Diputados y candidato a vicegobernador, Alberto Balestrini. Allí se dieron cita los dos coapoderados del Frente para la Victoria: los diputados Carlos “Cuto” Moreno y Jorge Landau. También estuvieron el diputado Carlos Kunkel y el legislador porteño Alberto Pérez en representación de Daniel Scioli. Al final de la reunión se optó por una “solución salomónica”. Se habilitarán colectoras para que algunos dirigentes K puedan competir con el intendente también kirchnerista. Para compensar, los intendentes del oficialismo tendrán la exclusividad para usar, si quieren, el sello del Frente para la Victoria en su municipio.

Lo acordado en el Congreso todavía puede ser modificado a último momento. Como el plazo para la inscripción de candidaturas vence el sábado 8 de septiembre, un llamado desde la Rosada puede cambiar todo. Sin embargo, por lo que se decía ayer en el despacho de Balestrini la opción por las colectoras parece no tener retorno. En todo caso, la discusión es qué dirigentes serán autorizados a usar esa alternativa.

Los términos del acuerdo no dejan en igualdad de condiciones a los intendentes en ejercicio y sus probables rivales. A los primeros, más allá si apoyaron a Cristina Kirchner o Chiche Duhalde en 2005, se les dará la lista “kirchnerista oficial” que tendrá el sello del Frente para la Victoria en todas sus partes. A los dirigentes K que quieren competir por el municipio se los obligará a postularse por alguno de los partidos que integran la coalición FPV. Esta segunda boleta también llevará el sello del FPV en sus candidaturas a presidente, gobernador, diputados nacionales y legisladores provinciales. El único cambio será para intendente y concejales, donde la colectora deberá llevar el nombre de otro partido (puede ser Polo Social, Frente Grande u otra agrupación que integre el FPV).

En la reunión que encabezó Balestrini se acordó que esta alternativa será la utilizada por los aspirantes a intendente de varios distritos de la provincia. De los 134 municipios bonaerenses, en la mesa de negociación se analizaron los casos de Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Quilmes, Avellaneda, Malvinas Argentinas, Esteban Echeverría, La Plata y La Matanza. Una larga lista de dirigentes kirchneristas, algunos considerados incondicionales por la Rosada, están anotados para pelear por esas intendencias. En ese estricto orden, se trata de Darío Díaz Pérez, Fernando “Chino” Navarro y Osvaldo Mércuri, Darío Giustozzi, Francisco “Barba” Gutiérrez, José Alessi y Rubén “Cholo” García, Luis Vivona, Fernando Gray, Pablo Bruera y Carlos Castagnetto, Julio Ledesma y Jorge “Huevo” Ceballos.

En la mayoría de los distritos la idea es que haya sólo dos listas kirchneristas: la oficial, encabezada por el intendente, y una alternativa representando al rival K. Las excepciones podrían ser La Plata, La Matanza y Lomas de Zamora. Allí podría haber dos colectoras para competir con el intendente. Hasta la semana pasada, esta posibilidad parecía muy lejana; el peso que venía ganando el PJ con las victorias en las provincias y la alta imagen de Scioli en las encuestas habían generado un escenario muy favorable para que el peronismo aumentara su influencia dentro del FPV. Algo pareció cambiar con el triunfo arrollador de José Alperovich en Tucumán. En esa elección debutó el sistema de “enganche”, que permite a distintas fuerzas partidarias llevar el mismo candidato. La idea en Balcarce 50 es repetir el mismo esquema para favorecer a CFK.