“Los dejo con el ministro..., secretario Moreno”, dijo Cristina Fernández al presentar a su polémico colaborador durante una reunión que mantenía con empresarios para acordar una canasta de útiles escolares. Fue ayer en Casa Rosada y la comidilla del día entre funcionarios. El acto fallido de nombrar a Guillermo Moreno como ministro fue muy festejado por todos los asistentes, a excepción del titular de Hacienda, Martín Lousteau, que se mantuvo impasible. No fue el mejor día para el lapsus, en medio de los rumores sobre la posible renuncia del jefe de Economía, cansado de lidiar con el secretario de Comercio Interior. Página/12 detalló el domingo pasado los numerosos motivos de confrontación. La última pelea, aún no saldada, es por la elaboración del nuevo Indice de Precios al Consumidor que diseña Moreno y Lousteau cuestiona. El Gobierno se esforzó ayer por desmentir una eventual salida del ministro de Economía, y justo en ese contexto la Presidenta vino a confundir los roles. En ese encuentro con empresarios y en otro que hubo más temprano para sellar un acuerdo de precios con colegios privados, Lousteau y Moreno se presentaron juntos. Fue un intento de demostrar que la relación entre ambos no es como se cuenta en los diarios. A la mañana temprano, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, había asegurado que “no hay ninguna dificultad” en el ámbito de la política económica y sentenció que las versiones sobre el cambio de ministro “no tienen ningún tipo de sustento”, salvo por las teorías de Freud.