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Mientras el gobierno argentino realiza los últimos ajustes técnicos para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, ya comenzaron los contactos preliminares con los tenedores de bonos privados. Según destacaron fuentes del Ministerio de Economía, se estaría negociando una quita que podría llegar al 70 por ciento del valor nominal de los papeles, un porcentaje similar a la devaluación de la moneda local. Si esto se consigue, el acuerdo no debería despertar mayor entusiasmo, pues el país deberá seguir destinando a sus acreedores un porcentaje del producto similar al de los últimos años de la convertibilidad.
En tanto, el secretario adjunto del Tesoro de Estados Unidos, Kenneth Dam, declaró que para la actual administración estadounidense existen razones para “ser optimistas” respecto a la evolución de la economía argentina. Sin embargo, al momento de las definiciones Dam fue ambiguo: “estamos preparados para apoyar una asistencia financiera internacional adicional tan pronto se haya estructurado un programa económico sustentable”, afirmó.
Durante su participación en la Cumbre de las Américas, organizada por el diario The Miami Herald, Dam recordó que “la Argentina ha enfrentado dificultades económicas extremas durante el último año, pero el gobierno (de Bush) ha apoyado este año cuatro extensiones en el pago al Fondo Monetario Internacional, que suman 4900 millones de dólares”. “Hay motivos para sentirse alentado respecto de la Argentina, ya que informes recientes señalan que partes de la economía se han estabilizado y que la situación puede haber comenzado a salir del fondo”. El funcionario estadounidense comentó que, tal como lo dijo el secretario del Tesoro, Paul O’Neill, “queremos que la Argentina tenga éxito” y destacó que el FMI y el gobierno argentino “han comenzado a negociar un acuerdo y esperamos que pueda lograrse pronto”, indicó.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, aseguró que para acordar con el FMI “sólo faltan cuestiones que no son de fondo ni cambian los acuerdos básicos”. Para el funcionario, “vamos camino hacia un acuerdo. Este es el primer paso de la reinserción de Argentina en el mundo. Debemos volver a la normalidad de las relaciones con el mundo pero sin desintegrarnos como Nación, que era lo que venía ocurriendo”. Y una vez que se firme con el Fondo, la renegociación de las deuda con los acreedores privados “vendrá naturalmente”, destacó.
El Gobierno propondrá a sus acreedores una reducción del 70 por ciento en el volumen de la deuda en mora. Las conversaciones con los tenedores de bonos se encuentran en su etapa preliminar, por lo cual ninguna fuente admitió salir del anonimato, pero funcionarios de la cartera económica confirmaron que la propuesta argentina de reducción del endeudamiento puede ubicarse en torno del 70 por ciento.
El volumen de la deuda sometido a renegociación está en el orden de los 51.000 millones de dólares, aunque los propietarios locales de los llamados Préstamos Garantizados también presionan por ingresar sus activos a la renegociación, en especial para que sean redolarizados. Dichos prestamos en poder de los bancos y de las AFJP sumaban alrededor de 18.500 millones de dólares. De acuerdo a cifras oficiales, la deuda pública argentina sumaba al 30 de junio pasado unos 114.500 millones de dólares debido a la transformación a pesos de parte de los 141.000 millones existentes al momento de producirse la cesación de pagos en diciembre pasado.
En cuanto a la quita del 70 por ciento señalada por algunos funcionarios parece, de todas formas, una predicción optimista. Al menos si se la compara con la experiencia internacional. Ecuador, por ejemplo, obtuvo una reducción del 40 por ciento, mientras que Rusia consiguió alrededor del 33 por ciento. Por el momento, el equipo económico negocia una reformulación de los pagos con las entidades financieras, a los cuales adeuda 31.000 millones de dólares, de los que 6500 vencen antes de marzo próximo.